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Rodeada casi todo el día por lechugas, calabazas, brócolis y aguacates, desde hace 50 años Consuelo atiende su negocio de ocho de la mañana a cinco y media de la tarde, 363 días al año, pues aquí no se trabaja Navidad ni Año Nuevo.
El Mercado de San Juan, ubicado en la calle Ernesto Pugibet número 21, colonia Centro en la delegación Cuauhtémoc, tiene 60 años en funcionamiento. Conocido por sus productos extravagantes, este es un mercado exótico considerado “único en el mundo”.
Carnes frías, quesos importados, productos prehispánicos, platillos exquisitos y productos nacionales y extranjeros. Lo común y lo inusual. Aquí se pueden encontrar cortes de res, venado, jabalí y hasta de león.
El Mercado de San Juan está constituido por 360 puestos y sólo una tercera parte comercializa frutas y legumbres.
Doña Consuelo prefiere eso, lo tradicional. “Verduras populares, limpias, acomodadas, tratadas con amor”. Dice que la calidad es lo que importa pese a la competencia y economía: “Antes se vendía más, alcanzaba y no se debía nada. Ahora todo lo que se gana es para pagar, nomás llevamos lo de la comida, es lo único que no falta”.
Benjamín Rodríguez ha atendido su local “El gran cazador” por 40 años, Ahí un kilogramo de carne de león tiene un precio de 850 pesos.
Su mercancía la consigue a través de los criaderos de animales que existen dentro del país. La carne de león que vende desde hace cinco años, viaja desde la ciudad de Monterrey.
El kilo de búfalo cuesta 680 pesos y el de venado va desde los 350 pesos, al igual que el filete de avestruz.
“Tenemos la precaución de verificar que sean animales sanos, aquí todo es legal”, asegura.
“Marchas afectan las ventas”. Don Benjamín cuenta que las ganancias no son las mismas a las de hace 15 años, pero aunque “la economía del país esté por los suelos”, sus ventas son buenas debido a la originalidad de sus productos, que van desde carne de conejo y cabrito hasta jabalí y cocodrilo.
Culpa a las manifestaciones por el descenso de gente en el mercado:
“Las manifestaciones traen frito a todo mundo; todo está cerrado: el centro, reforma, Metro Hidalgo... entonces ¿por dónde se entra para acá?”
Lo mismo piensa Jorge, quien es la tercera generación en su familia que se dedica vender carne nacional e internacional, con el local “La Holandesa”. Su especialidad, los quesos europeos.
“Las tiendas departamentales no son realmente el problema, en esta zona nos afectan mucho las manifestaciones, las marchas, los paseos dominicales, ya que se cierran muchas vialidades y no hay por donde llegar”.
Modernización. Un total de 329 mercados públicos se encuentran distribuidos entre las 16 delegaciones que conforman el Distrito Federal. La delegación Gustavo A. Madero ocupa la primera posición con 51 en sus instalaciones, seguido de la demarcación Venustiano Carranza con 42 y Cuauhtémoc con 39.
Con el Programa para el Fomento y Mejoramiento de los Mercados Públicos del Distrito Federal, iniciativa implementada por la Secretaría de Desarrollo Económico ), se busca modernizar el método, haciendo que los mercados se vuelvan competitivos con las grandes empresas.
A través de este programa y con un presupuesto hasta de 70 millones de pesos, las delegaciones pueden presentar proyectos de remodelación en sus mercados y así lograr una reactivación económica.
Gerardo viene de Venezuela. Asegura que el Mercado de San Juan es uno de los mejores en toda la ciudad, pues se consigue “todo muy fresco”.
“Si lo pusieran más bonito o arreglado, creo que perdería un poco de su carácter y esencia”, opina.
Con poco movimiento de gente entre semana, el Mercado de San Juan aprovecha y disfruta la llegada del sábado y domingo, pues son los días en que se vende ‘un poquito más’.
Georgina es de Argentina. Cuenta que conoció el mercado por recomendaciones de sus amigos, y aunque reconoce que la limpieza en el lugar no es la mejor, los productos y precios le parecen muy buenos:
“Le falta un poco de higiene, pero me gusta venir a comprar aquí pescado, verduras y carnes”.
El administrador Óscar Robles afirma que con el turismo extranjero, el mercado se ha vuelto “más funcional, con más ingresos y más fama”, aunque los locatarios también generan ingresos fuertes por pedidos externos.