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Los efectos de la contaminación en la ciudad de México no sólo tienen como origen las partículas emitidas por entidades vecinas, factores como la construcción de segundos pisos y el uso excesivo del automóvil también intervienen en ello.
Magolis Briones, consultora y encargada de coordinar la elaboración del documento “Hacia ciudades saludables y competitivas. Moviéndose por un aire limpio”, explicó que el Estado de México contribuye de dos formas en la mala calidad del aire.
Por un lado, la vieja flota vehicular del transporte público, a lo que se suma la generación de contaminantes que, con ayuda del viento, al final del día se “estancan” en la zona sur de la ciudad. Señaló que 75% de los contaminantes provienen de fuentes móviles. En el caso de la ciudad de México, la creación de segundos pisos ha fomentado el uso del automóvil.
“En el tema de vialidades, la ciudad de México es también culpable en ese sentido. Los segundos pisos han generado un fenómeno que se llama ‘tráfico inducido’, porque no sólo se llenan las vialidades que ya existían, sino que ahora también se congestionan los segundos pisos”, enfatizó.
En su edición impresa del 12 de mayo, EL UNIVERSAL publicó que de acuerdo con la secretaria del Medio Ambiente del DF, Tanya Müller, 80% del total de contaminantes que se concentran en el Distrito Federal provienen del Estado de México.
Ante ello, la Secretaría de Medio Ambiente del Estado de México aseguró que no es posible afirmar que la contaminación producida en la zona conurbada del Valle de México es arrastrada hasta el DF.
Efectos en la salud
Cuando se alcanzan los 150 puntos en el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire se activa la fase de precontingencia ambiental debido a que el smog es muy elevado, entonces se recomienda evitar actividades físicas al aire libre debido a las afectaciones que se pueden tener en la salud.
Irritación en vías respiratorias, molestias graves en personas con problemas respiratorios y cardiovasculares y el riesgo de que se presente un ataque de asma —en personas que padecen esta enfermedad— son algunas de las complicaciones.
En el último informe anual emitido por la Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal (Sedema), de 2011, se alerta que en el caso del ozono, uno de los agentes por los que en mayor medida es activada la fase de precontingencia, los efectos a su exposición son: irritación de ojos, dolores de cabeza, tos y dolores de pecho.
Apunta que “estudios recientes han asociado la exposición de largo plazo con incrementos en los ingresos a salas de emergencia, las admisiones hospitalarias y la mortalidad”.
Sobre ello, la consultora aseguró que aun cuando la alerta por precontingencia ambiental se activa cuando el IMECA alcanza los 150 puntos, es desde los 70 puntos (entonces las condiciones del aire son regulares) cuando comienzan a tenerse afectaciones a la salud.
“Hacia ciudades Saludables y competitivas. Moviéndose por un aire limpio” —documento elaborado con la participación de organizaciones como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), el Centro de Transporte Sustentable (CTS Embarq), Bici Red-Bicitekas, el Poder del Consumidor, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), entre otros— destaca los efectos a la salud que tiene la contaminación.
Precisa que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2010 murieron 14 mil 734 mexicanos por padecimientos asociados con las altas concentraciones de partículas en el aire. El mismo año, la cifra de pérdidas humanas a causa del crimen organizado fue de alrededor de 13 mil.
El documento también apunta que de acuerdo con el Sistema Nacional de Información en Salud, la mortalidad por enfermedades respiratorias es la tercer causa de muerte en niños y niñas de 0 a 4 años. Mientras que la contaminación atmosférica está asociada con casos de bronquitis crónica, disminución de la función pulmonar en niños, reducción de la variabilidad cardiaca, entre otros.