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Una Pizzería grande llegó a CDMX

Atzin Santos y Santiago Migoya exponen un concepto que pone de realce la imaginación y los sabores de ingredientes únicos

Cortesía
23/07/2017 |16:00
Redacción El Universal
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Sabores frescos, esenciales y en armonía total con la celebración de los sentidos es la esencia de Pizzería Grande Sorriso , un concepto que retoma la imagen de un establecimiento con esencia de barrio, de convivencia y familiaridad, para expresar tanto los sabores clásicos como las siempre esperadas sorpresas en el siempre socorrido pero nunca agotado tema de las pizzas y todo los deleites que llevan de por medio.

"Siempre quise tener una pizzería . Ha sido uno de mis grandes sueños como cocinero. Afortunadamente las condiciones se fueron dando para desarrollar este concepto que guarda mucho de la esencia de los locales tradicionales que eran punto de reunión de amigos y donde padres e hijos convivían en torno a una pizza y toda la variedad de sabores que pueden girar en torno a ella. También hay una línea de novedad, de innovación en algunas preparaciones, y por supuesto mantemos en alto el concepto de una cocina natural, desarrollada con vegetales provenientes de nuestro huerto en Morelos, que es la base de otros proyectos culinarios que hoy llevamos a cabo, como es la cocina de Atalaya", dice el chef Atzin Santos , quien junto con Santiago Migoya ha dado rumbo a esta empresa culinaria.

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Con una sólida formación en Europa y una trayectoria que incluye la apertura del restaurante Talo, en la Ciudad de México, Migoya es el formulador del día a día de una aventura que invita a recuperar y disfrutar la esencia de los sabores a través de preparaciones que recuperan conceptos clásicos, a la vez que invitan al atrevimiento de los sentidos.

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"Nuestras pizzas son cocinadas a la leña y ponemos un especial cuidado en la elaboración de la masa. En cuanto a las preparaciones como tal, nos entusiasma recuperar y llevar a la mesa sabores fuertes como es el de las anchoas, que además van acompañadas con aceitunas Kalamata y queso azul. También nos gusta provocar un despliegue sensorial con pizzas como la Sotobosque, preparada con jitomate secado al sol, alcachofa, portobello y láminas de champiñon.

"El hecho de contar con un huerto propio en el que se han desarrollado con mucho cuidado y paciencia una gran variedad de vegetales no da un enorme espectro de opciones en la cocina, de manera que podemos incorporar ingredientes de primera calidad, de sabores únicos, no solo a nuestras pizzas, sino también a antipasti y ensaladas.

"La gente aprecia todos estos detalles, ya que es un deleite saborear los betabeles, las espinacas, los espárragos y la gran variedad de jitomates, entre otros productos, que están integrados a nuestros platillos. Una deliciosa expresión de esos sabores auténticos es la pizza de frijol, preparada con salsa de frijol negro, queso de hebra, chorizo, aguacate, cilantro y quelites", expresa Migoya.

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Agrega que al diseñar la carta han querido dar un especial valor a los productos del campo, abriendo un especial segmento a los sabores de México en el tema de los desayunos. "Quisimos brindar una opción diferente, pero sobre todo apegada a esa búsqueda permanente que tenemos de llevar los ingredientes a su máxima expresión. Contamos con excelentes productos y proveedores que animan a hacer una fiesta matutina que se proyecta en platillos como los huevos bañados en salsa verde, servidos con verdolagas, chicharrón y queso; los huevos escondidos con salsa ranchera, cecina, aguacate y crema de rancho; sin faltar desde luego los huevos cazuela con chile, cebolla, jugo de limón y jocoque. Son sabores plenos que ponen de manifiesto la riqueza de nuestro campo y el talento de artesanos que son la base del éxito que podemos lograr en nuestras cocinas".

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