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TOMA NOTA: Sabías que los suplementos vitamínicos no siempre son la mejor opción contra el cansancio.
El acelerado ritmo de vida que hoy en día subsistimos los mexicanos, aunado a otros factores ambientales como la contaminación, nos puede llevar a sentir cansancio intenso y continuo. Desafortunadamente, éste no se alivia con descanso y es ahí cuando nos cuestionamos si es necesario incluir vitaminas en nuestra alimentación.
Las vitaminas son compuestos orgánicos que el cuerpo necesita para crecer y desarrollarse correctamente, y aunque se requieren en pequeñas cantidades, es necesario obtenerlas diariamente a través de la alimentación.
Estos micronutrimentos no aportan energía (son libres de calorías), pero son necesarios para poder producirla, es decir, son una especie de “ayudantes” para generar energía a partir de los alimentos, de ahí que algunas deficiencias vitamínicas deriven en fatiga.
Existen 13 vitaminas y si bien cada una cumple funciones específicas, las del complejo B están directamente relacionadas en el metabolismo energético, ya que una de sus principales funciones es convertir todo lo que comemos en energía. También, este grupo de vitaminas interviene en la regeneración celular y en la síntesis de glóbulos rojos, los cuales tienen la tarea de proveer oxígeno al organismo y su carencia puede provocar anemia. ¿Dónde encontrarla en la comida? Cereales y panes integrales; pescado, pollo, carne de res, huevos y productos lácteos, y verduras de hojas verdes y leguminosas.
El papel de los multivitamínicos
Técnicamente, la energía proviene de las calorías, por tanto, los suplementos vitamínicos por sí solos no son la solución al cansancio. Para ello es necesario mantener una dieta correcta acompañada de una buena hidratación y descanso suficiente. Los multivitamínicos tienen la función de complementar, más no de nutrir, y deben ser prescritos por profesionales de la salud con previa valoración clínica. Éstos son ideales para aquellas personas que necesitan vitaminas de forma adicional, ya sea porque no pueden comer suficientes alimentos para obtenerlas o porque su cuerpo es incapaz de procesarlas y absorberlas directamente de los alimentos. El requerimiento diario depende de la edad y el sexo, así como de factores como el embarazo, la lactancia y el estado de salud.
Recuerda: cuerpo hidratado, mente despierta. Mantente hidratado, pues los primeros síntomas revelan cansancio.
Obtén tus vitaminas
Procura que entre el 40 y el 60 por ciento de las calorías que consumes provengan de hidratos de carbono de buena calidad nutrimental como: avena, papa (sin freír), camote, tortillas de maíz, pan integral, amaranto, quinoa, verduras y frutas. Incluye también —por lo menos—una porción (½ taza) de leguminosas. Si bien su componente nutricional clave es la proteína, son buena fuente de energía y nutrimentos inorgánicos (como el hierro) implicados en la producción de energía. Si eres vegetariano, asegúrate de completar la ingesta diaria recomendada de vitamina B12 a través una correcta suplementación.
475 MILIGRAMOS de vitamina C son los recomendados para el consumo diario de un adulto, mientras que de un infante es de 15 a 50 miligramos.
Lo que hay que saber
Dietas ricas en harinas refinadas, azúcares y alcohol suelen ser deficientes en vitaminas del complejo B. El principal combustible del organismo es la glucosa proveniente de los hidratos de carbono y no necesariamente las vitaminas. En los años cuarenta, la U.S. Food and Drug Administration (FDA) ordenó el enriquecimiento de los cereales refinados con algunas vitaminas del complejo B y hierro, con el fin de evitar deficiencias nutrimentales. En México, la adición tiene carácter obligatorio de acuerdo a lo establecido por Norma Oficial de la Secretaría de Salud.