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Para quienes amamos el vino, beber una copa de blanco, tinto o rosado representa un momento mágico, marcado profundamente por experiencias, costumbres y placeres personales. No me dejará mentir, querido lector, cuando afirmo que cada quien tiene sus manías a la hora de elegir, descorchar y servir una botella de vino.
Aunque siempre he pensado que el acto de beber vino no debe estar ligado a formalismos y protocolos innecesarios que, más que acercar, terminan alejando a los nuevos consumidores, también creo que hay algunos aspectos que pueden enriquecer notablemente la experiencia. Elegir la copa indicada es uno de ellos.
La semana pasada me encontré con Pilar Álvarez, sommelier de Vinosapiens, distribuidora en México de las copas Zalto, consideradas auténticos artículos de culto para sommeliers, restauranteros y enófilos todo el mundo. Después de filosofar sobre vino y ciencia –pocos saben que, antes de adentrarse en el mundo del vino, Pilar hizo sus pininos en la carrera de física–, aprovechamos para tocar el tema en cuestión. Sin embargo, más que debatir en base a experiencias de catas previas, lo interesante fue realizar un ejercicio dedicado a comprobar la expresión de un mismo vino en recipientes de diferentes materiales, grosores, formas, amplitudes…
Debo confesar que, en toda mi vida, nunca había realizado una prueba similar: catar el mismo fermentado, en diferentes copas de la más alta calidad, de forma simultanea. ¿Realmente hubo diferencias en cuanto a aroma y sabor? Sí, de una manera casi misteriosa.
Tras concluir la cata me vinieron a la mente las líneas de Charles Spence, profesor de psicología en la Universidad de Oxford y autor de The Perfect Meal (2014), quien asegura que los estímulos que recibimos a través del sentido del tacto son capaces de cambiar la manera en que percibimos los aromas y sabores.
“Oye Carlos, ¿y qué diferencias notaste?” Curiosamente, mi estimado lector, el mismo Merlot californiano se mostró rústico, un tanto bruto, en una copa burdeos de vidrio grueso; dentro de un delgado y ligero cristal, el vino fue mucho más expresivo en aromas y equilibrado en boca. Vaya experiencia tan reveladora.
Voy a concluir esta entrega con un par de sugerencias. Sí, es recomendable optar por cristales transparentes y lisos, así como utilizar de forma genérica copas más grandes para tintos, medianas para blancos y rosados, y flautas para espumosos. Sin embargo, el recipiente más indicado para beber el vino será aquel que se ajuste a su gusto personal sin importar forma, tamaño, material, precio… Lo invito a que replique el ejercicio en casa y me diga qué tal le fue.
$1,733.00 En Vinosapiens
Radio-Coteau La Neblina
Pinot Noir
Zona de producción: Sonoma Coast, Estados Unidos.
Vista: rojo terciopelo, con un centro rosado oscuro de claridad radiante.
Nariz: primera impresión de fresas maduras, que deriva en notas de flores, nueces, cerezas negras, confitura de arándanos y roble dulce.
Boca: vino de mediana densidad, con marcadas notas de frambuesas y fresas silvestres, taninos persistentes y acidez vibrante.