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"Los vinos blancos ya son mucho más que un complemento en el portafolios de una bodega actual. Estoy convencido en que han quedado atrás los tiempos en que llegabas a abrir mercados exhibiendo tus grandes tintos y mencionando uno o dos blancos que podían ser anexo de tu propuesta comercial. Hoy el mercado de los blancos ha crecido sensiblemente, hay una expectativa al respecto de un público particularmente joven; además de zonas en las que por cuestiones de clima y de su cocina se han inclinado por el consumo de vinos blancos, como ocurre en Riviera Maya, donde 70% de los vinos que se comercializan son de este tipo", dice Sergio Fiorentini, enólogo de formación y director de Exportaciones de la bodega española Cuatro Rayas, perteneciente a la DO Rueda.
Fundada en 1935, y teniendo como enólogo principal a un patriarca del oficio como es Ángel Calleja, miembro de la primera generación de profesionales de este ramo egresada en 1975 de la Escuela de la Vid de Madrid, Cuatro Rayas no es solo la bodega más grande de la DO y la de mayor presencia en el mercado, con 15 botellas de millones anuales y el 20% de la producción total de la zona; sino también una de las piezas estratégicas en la embestida que desde hace algunos años ha desarrollado la DO, proyectando sus blancos, con la Verdejo como cepa insignia, como una de las más entusiastas propuestas para los consumidores actuales.
"Eso de tener a un personaje como Ángel al frente de la parte técnica de la bodega es todo un privilegio. Estamos en un momento en el que además del interés y la apertura para expandir la aventura del paladar, hay también un gusto muy especial por conocer las historias que hay detrás de los vinos. La gente quiere escuchar a los enólogos de más experiencia, con más trayectoria, quieren entender desde su punto de vista el presente de nuestra vinicultura. Por eso siempre que es posible vemos la ocasión para que Ángel nos comparta su vivencia y su visión de una empresa a la que llegó prácticamente egresado de la escuela. A la gente le encanta escuchar a un hombre con una gran experiencia que además es parte importante en el Consejo Regulador de Rueda, así como de Toro y Cigales", refiere Fiorentini.
Además de su importancia estratégica en el mercado español, la bodega tiene exportaciones a más de 60 países. El año pasado tuvo una facturación de más de 23 millones de euros, creciendo 11% con respecto al periodo anterior. Paralelamente su protagonismo en los foros internacionales ha sido notable. En 2016 obtuvo seis preseas de oro en el Berliner Wein Trophy. Cuatro Rayas Viñedos Centenarios; Cuatro Rayas Cuarenta Vendimias; Lagartijo; Bitácora; Blanco La Seca y Visigodo Sauvignon fueron reconocidos en este exigente foro. Cuatro Rayas Cuarenta Vendimias obtuvo además Medalla de Oro en el Concurso Mundial de Bruselas 2016.
En términos de comercialización, la avanzada de Cuatro Rayas también va con paso firme. La presencia de Fiorentini en el segmento de las exportaciones responde precisamente al interés declarado de expandir y fortalecer los mercados internacionales bajo la dirección de una figura que ha jugado roles estratégicos en la parte comercial de empresas como Torres, González Byass y Codorniú, por mencionar algunas.
"Ser la empresa más grande de la DO Rueda implica compromisos y responsables para un crecimiento conjunto. En esta promoción que la DO ha emprendido con la Verdejo como cepa insignia e impulsando otras opciones como es la Sauvignon Blanc, va por parte de nosotros una cuota de participación muy importante con el sector. Asimismo tenemos un compromiso muy fuerte con las 200 familias que forman parte de la cooperativa: para que la empresa esté bien, ellos tienen que estar bien, por supuesto. Buscamos su bienestar y siempre estamos atentos a factores como un asesoramiento continuo y gratuito en las diversas áreas de desarrollo", expresa.
Siempre en condiciones óptimas
La calidad y el manejo óptimo de los vinos son, dice Fiorentini, factores indispensables para captar y mantener el interés y la lealtad de los consumidores.
"Sin calidad no podemos pensar ni remotamente en reforzar nuestros mercados. Y no se trata de hacer buenos vinos una vez, o dos veces. La calidad debe ser constante y representa conocimiento, experiencia; pero también tecnología y más tecnología. En ese sentido hemos hecho una inversión reciente de 8 millones de euros implementando mayores mejoras y avances en nuestra bodega, haciendo hincapié en factores como la asepsia.
"Buscamos también garantizar que los vinos lleguen a los consumidores en las mejores condiciones; por eso no trabajamos con stock de botellas y mantenemos los vinos a bajas temperaturas, garantizando la calidad. No importa que la calidad sea una constante, por eso tampoco queremos saturar los mercados con todas nuestras etiquetas. En países como México hemos sido muy cuidadosos con el trabajo de distribución que hacemos con Viña Tulps. Queremos avanzar con mucho cuidado. En el mundo del vino siempre hay que saber esperar. Lo que sí nos queda claro es que la gastronomía en México nos da un amplio espectro de opciones con nuestros Verdejo y sabores tan esenciales como unos tacos al pastor hasta otras expresiones como el pescado a la veracruzana y los chiles en nogada", expresa Fiorentini.