Para que una ave aprenda a volar, primero tiene que tocar el piso. Tal vez su nido esté en la copa de un árbol o en un risco elevado, pero después de pasar algunas semanas al abrigo del nido, eventualmente tiene que abrir las alas y lanzarse al vacío. En el primer intento puede que termine en la banqueta o sobre una roca, pero en esas ligeras caídas hay, sin duda, aprendizaje en el descubrimiento de su entorno y, sobre todo, de la estamina que vive en su interior para tomar el vuelo.
Muchos emprendedores comienzan de esta misma forma, como Fabiola de la Fuente con su proyecto vinícola Salto de Fe. Allá por el 2013 Fabiola decidió dar su propio salto y crear un vino basado en los estudios del japonés Masaru Emoto. “No quería hacer cualquier vino,” nos cuenta en entrevista, “y recordé la película What the bleep do we know!? (2004) en donde escuché por primera vez la teoría que habla de la manera en que la música y las palabras afectan las moléculas del agua.”
Así, gracias a su conocimiento de las regiones vinícolas de Ensenada, Fabiola comenzó a trabajar en lo que hoy es su vinícola boutique Salto de Fe, que cuenta con dos etiquetas —Grapho y Tono 8—, ambos caldos elaborados con la misma mezcla de Cabernet Sauvignon, Barbera y Nebbiolo. Luego, en su paso por barrica, Fabiola somete a cada vino a condiciones distintas: “primero puse una barrica sin nada [a una forma de punto cero de comparación]. A la barrica destinada para Grapho le escribí palabras y frases positivas con gis y, por otro lado, a la barrica de Tono 8 le puse música durante ocho horas diarias durante los seis meses de añejamiento, basándome también en la teoría de Alfred Tomatis, que se conoce como Baby Mozart. Beethoven, Mozart, música sacra, Adele, The Beatles y Sinatra, entre otros, conforman el playlist. El hilo conductor es que es música positiva; no hay drama ni desamor. En otras bodegas ya había notado el uso de bocinas en las salas de añejamiento, pero yo quise ponerle audífonos directamente a la barrica porque el líquido es un buen transmisor de vibraciones,” explica De la Fuente.
Las primeras añadas debutaron en 2016 con muy buena aceptación en el público. Hoy tienen presencia en CDMX, San Miguel de Allende, Querétaro, Ensenada y Tijuana. “La idea para 2017 es cubrir más estados y llegar a Estados Unidos,” comenta, pues el equipo de Salto de Fe planea una producción de 30 barricas anuales para ambos vinos. “Estamos involucrados: Tere Delgado, Alberto González, el chef Felipe Salcedo y Laura de la Garza, mi mamá,” continúa Fabiola, “además, contamos con la asesoría de Laura Zamora, enóloga de Santo Tomás.”
Grapho y Tono 8 destacan por ser caldos jóvenes, muy maridables y amables en boca. “Ni la música ni las palabras mejoran el vino, únicamente modifican algo de su estructura, pues la vibración de la música crea fricción entre el líquido y la madera, creando mayor transmisión de aromas. Es como una aceleración del añejamiento. Y Grapho es un vino muy fresco y frutal,” concluye Fabiola, gustosa de compartir la historia de su propio vuelo.
Grapho (2014)
$380.00 en mercadodevinos.com
Cabernet Sauvignon, Barbera y Nebbiolo
Zona de producción: Valle de San Vicente, La Grulla, Baja California.
Vista: se percibe en copa con un color rojo rubí brillante.
Nariz: el vino abre con aromas de frutos rojos frescos, grosella, ciruela, un poco de cereza y algunas notas herbales y de especias ligeras.
Boca: se siente la frutalidad con buena acidez, vivacidad y frescura como si mordieras ciruela fresca.
Tono 8 (2014)
$380.00 en mercadodevinos.com
Cabernet Sauvignon, Barbera y Nebbiolo
Zona de producción: Valle de San Vicente, La Grulla, Baja California.
Vista: de color rojo rubí donde se nota la evolución en el ribete con tonos ligeros de teja.
Nariz: con una paleta aromática de frutos negros como cereza y ciruela negra, y sobre todo aromas a tostado, tabaco, cuero y cacao; se nota un dejo de notas de humo y especias.
Boca: se degusta un vino redondo, pero con taninos presentes, estructurado y elegante, y de final medio.