Sigamos con las burbujas, protagonistas de encuentros decembrinos dedicados a celebrar el final de un ciclo y dar la bienvenida a otros.
La complejidad de la champaña, una de las máximas representaciones de los vinos espumosos (si no es que la mayor), me obliga a dedicarle absolutamente todas las líneas de está penúltima entrega. Sí, querido lector, vamos a tener que separarnos algunas semanas y retomar esta relación ya entrado el 2017.
Creo conveniente, para evitar futuros malentendidos, empezar desde lo más básico. ¡Ya sé que usted sabe!, pero también quiero darle chance a esos principiantes del vino que por primera vez nos leen.
Empecemos pues diciendo que la champaña se produce a partir del método champenoise o tradicional, es decir, por medio de una segunda fermentación en botella. En la primera, como en cualquier otro vino, las levaduras transforman el azúcar de las uvas en alcohol; en la segunda, se añaden azúcar y nuevas levaduras con el propósito de generar más alcohol y gas carbónico (burbujas=efer vescencia).
Complejidad aromática y gustativa, así como capacidad de envejecimiento, resultan del contacto del líquido con las levaduras. Después de remover estas últimas, por medio del degüello, la botella se rellena con un licor dulce (algunas veces sólo vino seco) que determina el estilo final del e spumoso.
Un puñado de cualidades dan a este fermentado un carácter especial. Primero, su diversidad de acabados, determinados por contenidos de azúcar y porcentajes de uvas utilizadas para su confección –la denominación Champagne permite el uso de Chardonnay, Pinot Noir y Pinot M eunier–. Segundo, su frutalidad, acidez vibrante y dominantes notas de tostados, panadería, almendras y levadura. Tercero, diría yo, su versatilidad de consumo.
“Carlos, ¿cuál es la opción indicada?” Pregunta complicada. En términos de este espumoso todo depende del gusto personal y, literalmente, del presupuesto. Las posibilidades pueden ir de las cuvée de prestige, de la más alta calidad, elaboradas con uvas de viñedos y años particulares, cuyos precios pueden superar fácilmente los miles de pesos, a las millesimé (de una única añada), las rosé y las brut (las más comunes). Es importante mencionar que, al igual que con otros vinos, la correcta apreciación de una gran champaña está estrechamente relacionada con la experiencia y nivel de entendimiento de cada paladar.
¿Posibilidades de maridaje? Sin lugar a dudas el punto más fascinante del tema. Embutidos cargados de sal, guisos especiados, moles y salsas picantes, aves rostizadas, crustáceos, tartas frutales y platos dulces…básicamente todo es posible dentro de la deliciosa ecuación diciembre+festejo = champaña 

 $ 1,494 En La Europea
Louis Roederer Rosé Vintage
Pinot Noir y Chardonnay
Zona de producción: Reims, Francia
Vista: rosa ligero con matices salmonados.
Nariz : aromas de bayas rojas, flores y cáscaras dulces y especiadas, con matices de frutos secos y cacao.
Boca: rico y carnoso, con frutos maduros y una frescura que abre con suavidad a notas exóticas mezcladas con mineralidad.

Bienvenidas burbujas II
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