Apaso firme ha llegado por fin la temporada invernal, un tiempo de frío y asueto para disfrutar en familia, pareja o amigos. Si estás buscando dónde ir o qué hacer y buscas un pretexto para lanzarte a la aventura y disfrutar de, literal, una blanca navidad, una gran opción es la pintoresca ciudad de Whistler, en Canadá. ¿Lo mejor? A partir del primero de diciembre de este año, no necesitarás visa para visitar este gran país y, además, el destino está a sólo cinco horas y media, partiendo desde la ciudad de México.

Localizado en la costa oeste canadiense de la región de Columbia Británica y a un par de horas de la ciudad de Vancouver, este bello pueblo se conoce por haber albergado los Juegos Olímpicos de Invierno y Paralímpicos en 2010, pues debido a su clima y topografía es un destino muy socorrido para practicar deportes de invierno, como el esquí y el snowboard, entre muchos más.

Descubre Canadá en invierno
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En este poblado también se encuentra el resort de esquí Blackcomb, el más importante de América del Norte, muy por encima de destinos como Vail, en Colorado. La ciudad está enclavada por dos montañas nevadas destinadas a practicar deportes extremos: la montaña Whistler y la Blackcomb. Como dato curioso, este resort data de 1975 y fue el primero de esta región.

Pero no todo es esquí. En Whistler también encontrarás un sinfín de opciones para que toda la familia, tanto para el disfrute de la época invernal, así como de otras estaciones. Por ejemplo, la plaza olímpica se transforma en una emorme pista de hielo y la admisión no tiene costo. Otra actividad que no puedes dejar de vivir es el paseo en zipline o tirolesa. Nosotros nos pusimos en las manos expertas de Ziptrek Whistler, quienes te preparan para la aventura única y extrema de volar, de punta a punta, por encima de los bosques de coníferas del valle que une a las montañas de Whistler y Blackcomb. Pero no tengas miedo, todo es muy seguro y la vista es espectacular.

Si eres un viajero que gusta de la caminata, la villa esta diseñada para recorrerse a pie pero, como toda ciudad moderna, también encontrarás pequeñas tiendas locales y boutiques para satisfacer a ese shoppaholic  que emerge durante las vacaciones. Así que sigue nuestros pasos en este recorrido que, además de aventuras al aire libre, incluye grandes festines en bares y restaurantes que están marcando tendencia.

Siéntete cómodo
Toda buena aventura comienza con el transporte adecuado, la forma más sencilla de ir a Whistler es desde la ciudad de Vancouver; para llegar a ésta desde la CDMX la mejor opción es con el vuelo directo que ofrece Air Canada. Una vez arribes a la ciudad te darás cuenta que existen diversas formas de dirigirte a Whistler: durante el verano puedes tomar en el puerto un hidroavión o emprender como nosotros un viaje por carretera. El trayecto hacia la villa es espectacular, pues recorrerás la carretera panorámica Highway 99, mejor conocida como carretera Mar y Cielo, pues ofrece paisajes panorámicos de los bosques templados. Ya acercándose al destino, el lago Alta y las montañas nevadas de Blackcomb y Whistler te darán la bienvenida.

Si se te despierta el apetito en el trayecto, una buena parada carretera es el Galileo Coffee Company, cerca de Britannia Beach. Aquí podrás degustar una gran selección de café, chocolates y tisanas así como wraps de pollo y vegetarianos o quizás una dulce barra de dátil. Una vez en el poblado de Whistler, verás que existen un sinfín de opciones de hospedaje y de comida. Si ya es tiempo del lunch, lánzate al Cinnamon Bear Grill dentro del hotel Hilton para empezar la tarde acompañado de unos pastelitos de cangrejo.

Disfruta al extremo
En caso de que no seas tan fan de la aventura extrema, ¡no te preocupes! Whistler tiene actividades para todos. Como tip, no olvides llevar tu traje de baño, pues una gran y muy popular opción es dirigirse al famoso Scandinave Spa. Se trata de un balneario de hidroterapia único que se esconde en medio del mágico bosque. En este lugar podrás pasar un buen rato —más bien horas—de relajación y reencuentro con tu persona, ¿estás listo? ¡Comienza la relajación! Dirígete al sauna y te recomendamos permanecer ahí un aproximado de 10 minutos; luego, camina con calma a la alberca de agua caliente. Los expertos en hidroterapia recomiendan someter al cuerpo a cambios bruscos de temperatura, osea pasar de lo muy caliente a lo frío, para revigorizar el cuerpo, estimular la circulación y eliminar toxinas.

Lo mejor de este spa, es que cada alberca cuenta con cascadas de agua caliente, así que puedes alargar los minutos disfrutando de un rico masaje. Por último, envuélvete bien en tu suave bata y relájate en los solarios dispuestos a lo largo del balneario. Que no te preocupe que la albercas estén al aire libre, ni lo sentirás. Verás que cuando termines te sentirás como nuevo, limpio de todas las toxinas de la ciudad.

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Un paraíso culinario
Si por algo se caracteriza Whistler —además de los deportes extremos—es por su gran oferta gastronómica, que hoy por hoy es una de las más importantes de Canadá, compitiendo con las grandes metrópolis como Toronto, Montreal y la misma Vancouver. Entre las opciones culinarias que no puedes dejar de probar encontrarás The Cellar by Araxi, el cual se trata de una extensión del afamado restaurante Araxi de James Walt y se caracteriza por sabores de cocina internacional. Además, el restaurante Sidecut, al interior del hotel Four Seasons Resort and Residences Whistler, también se trata de cocina local, muy ad hoc para disfrutar de una copa de champaña y probar el típico poutine q u e b e co i se : un plato de papas fritas con carne molida y queso de grano bañado de salsa gravy ¡Yumm!

Finalmente, está el Bar Oso, del chef español Jorge Muñoz Santos, cuya carta saca a relucir la raíz ibérica del chef, con platillos como gazpacho, tortilla de patata, albóndigas de carnero o una tabla de charcutería para compartir. En el temade maridaje, puedes acompañar la comida con la típica sangría —roja o de durazno—, cervezas estilo Pilsner, Ale e IPA, cocteles y una gran variedad de gin & tonic, como The Botanist y el Long table cucumber, tragos herbales y frescos.

Y como muestra de la importancia gastronómica del lugar, año con año se celebra el Festival de Cornucopia, una fiesta culinaria otoñal que se celebra a mediados de noviembre. Seminarios, catas y ta st i n g s de los mejores vinos de la Columbia Británica, así como cenas especiales presentadas por los restaurantes de la zona caracterizan los diez que dura el festival. Cada edición del Cornucopia cuenta con invitados especiales; este año se engalanó con la presencia de los reconocidos chefs mexicanos Benito Molina y Solange Muris, del restaurante Manzanilla; quienes participaron en una magna cena al lado del reconocido chef James Walt de Araxi. Dicha cena estuvo compuesta de platillos como el clásico rollo de cangrejo Dungeness envuelto en crepa de huevo, un plato insignia de Walt, así como las creaciones especiales provenientes de México: un dúo de salmón Chinook y salvelino y el también emblemático plato de Manzanilla “Tic tac toe”con codorniz del Valle Fraser. “Ya nos habían invitado con anterioridad, pero por motivos de trabajo hasta este año pudimos participar. James es nuestro amigo y ya había participado como chef invitado en Manzanilla,”mencionó Solange.

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