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Coloridas luces en fachadas y ventanas, arbolitos navideños que viajan a toda velocidad por las calles de la Ciudad, aparadores colmados de festivos ornamentos… Todo indica que diciembre llegó.
¿Hater navideño? Por el contrario mi estimado lector, los glotones de amplia trayectoria amamos profundamente la época decembrina, si no dígame usted en qué otro mes uno puede darse vuelo con pavos rostizados, lomos, bacalaos, tartas, bocadillos dulces y, por supuesto, vinos (sí, en plural). También uno que otro alipus, si la ocasión lo amerita, pero eso es tema de otra charla.
De todas las expresiones del vino, me atrevo a decir que los espumosos son los grandes protagonistas de la temporada. Pero no todo es champaña, ¡no!, la mesa decembrina también tiene espacio para cavas, crémants, franciacorta y un sinfín de etiquetas regionales elaboradas por método tradicional –vinos con segunda fermentación en botella–.
Sin lugar a dudas, uno de mis grandes favoritos para las celebraciones es el cava español. Contrario a lo que se piensa comúnmente, este espumoso puede elaborarse en toda la Península Ibérica; aunque los caldos del Penedés (en Cataluña) gozan de fama internacional, también es posible hallar excelentes representaciones en la Ribera del Duero, Navarra y Valencia.
“¿Qué tiene de fascinante el cava?”. Primero su diversidad de estilos: notas frutales que resultan de la Macabeo, acidez vibrante de la Xarel-lo y carácter floral de la Parellada –las tres uvas utilizadas generalmente para su elaboración–. Segundo y más importante aún, creo yo, su facilidad para beber; el cava español es frutal y amable, un gran aliado en mesas donde no todos disfrutan la marcada acidez de la champaña.
Pasando de largo ante el prosecco, cuya efervescencia poco me entusiasma, debo mencionar al franciacorta italiano, considerado uno de los grandes espumosos del mundo. Lombardo de nacimiento, este fermentado surge de las cepas Chardonnay, Pinot Bianco (Blanc) y Pinot Nero (Noir), y se reconoce fácilmente por su frescura y mineralidad. ¿Sus burbujas?, extremadamente finas y persistentes, capaces de hacerle frente a los corpulentos y grasos platillos decembrinos.
“Carlos, ¡no te saltes el prosecco!”. Venga pues. Originario del extremo noreste de Italia, este espumante toma su nombre de la uva Glera o Prosecco; suele hacer su segunda fermentación en tanques de acero inoxidable, resultando en un vino frutal pero con poca complejidad sensorial. Recomendado para… preparar un festivo Bellini (prosecco + puré de durazno).
La próxima semana le presentaré todas las posibilidades que ofrece la champaña, invitada estelar de las celebraciones de temporada.
$380
Vinoteca
ANNA DE CODORNÍU BRUT NATURE
Chardonnay, Parellada, Xarel-lo y Macabeo
Zona de producción: DO Cava, España
Vista: amarillo brillante, con reflejos verdosos y burbuja fina
Nariz: cítricos refrescantes acompañados de notas de miel, nueces, flor de almendro y manzanas
Boca: cava equilibrado, largo y repleto de sabores delicados de cítricos, miel, frutas blancas y frutos secos