Son ingredientes que muchas veces hemos tenido en nuestro refrigerador pero pocas veces no hemos preguntado ¿de dónde vienene? Cinco ingredientes que no pueden faltar en tu alacena.
Berenjena
Pertenece a la misma familia que la papa. Su fruto de piel oscura es utilizado siempre como verdura, puede variar mucho de tamaño, desde el de un pepino hasta el de un melón; se prepara de cientos de maneras en los países mediterráneos y en el Medio Oriente. Se sabe que las caravanas árabes lo llevaron desde la India. Las variedades que se cultivan en México producen frutos de diversos colores, la más usada es la morada.
Berro
Esta delicada planta de hojas redondas crece silvestre en las orillas de las lagunas y en los márgenes de los riachuelos de corriente lenta, aunque también se cultiva. Desde épocas antiguas los berros han sido muy apreciados por dos de sus características, aparentemente contradictorias; su fuerte y sabor picor, así como la refrescante sensación que deja en el paladar. Hay que comprar los que tienen hojas muy verdes y tersas.
Champiñones
Tiene un sombrero redondeado y ligeramente aplanado en la parte superior. El champiñón común tiene un sabor neutro y delicado, con un aroma ligeramente nogado en los ejemplares más maduros. Es popular en gastronomía y de escaso rendimiento calórico, conteniendo alrededor de 20 kcal cada 100 gramos. Es relativamente rico en fibra alimentaria, así como en vitamina B6, C, y D, potasio y niacina.
Cebollas
Es una de las plantas cultivadas más antiguas y tan extendida que sus orígenes se pierden en la prehistoria. En la antigüedad eran consideradas un alimento para pobres y rechazadas por aristócratas, seguramente porque eran muy abundantes y, por tanto, baratas. Mucho tiempo después, en Europa comenzaron a adquirir respetabilidad: muchos labriegos franceses del medievo pagaban con cebolla el tributo al señor feudal.
Elote
Es una mazorca tierna de maíz, planta originaria del continente americano. Según la variedad, los granos pueden ser más o menos grandes, blancos, amarillos o negros azulados. Se sabe que el maíz se cultivaba en América desde antes de la era cristiana; Cristóbal Colón lo llevó a Europa, de donde se extendió su cultivo a toda Europa, África y Asia, durante los siglos XV y XVI. Se utiliza en múltiples formas: sopas, guisados, panes y pasteles.