De origen oriental, la granada es un fruto que se relaciona con la prosperidad y la fertilidad, se encuentran referencias de ella en Medio Oriente, Asia Menor y Central, incluso es mencionada en la mitología griega, en el Nuevo Testamento y en la obra literaria Romeo y Julieta de William Shakespeare.
Este fruto rico en historia y sabor, se distingue en las fiestas patrias por su color, acidez, frescura y dulzor, características que combinan a la perfección con el tradicional chile en nogada.
Además de ser un fruto que aporta personalidad a los platillos de esta temporada, la granada trae muchos beneficios a nuestro organismo, uno de los más importantes es que su jugo inhibe el crecimiento de células cancerígenas. Diferentes estudios en Estados Unidos y Taiwán han comprobado que el consumo diario de zumo de granada retarda la progresión de algunos tipos de cáncer, como el de próstata, mama, colon, piel y pulmones, gracias a los antioxidantes fenólicos presentes en esta fruta.
Los prolifenoles, antioxidantes, potasio, fósforo, calcio, vitaminas A, B, C, E y ácido fólico que encontramos en las granadas, mantienen a las células sanas y capaces de luchar contra los virus, disminuyen la inflamación del cuerpo favoreciendo la lucha contra la artritis, mejorar la salud cardiovascular reduciendo el colesterol malo en la sangre, rejuvenecen la piel al protegerla de los efectos dañinos de los rayos ultravioleta, estimulan el sistema inmunológico tres veces más que un té verde o que un vino tinto, mantienen la presión arterial baja y tiene un mínimo de calorías. Sin duda estos beneficios hacen de la granada un fruto poderoso que debemos incluir a nuestra dieta habitual.