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¡Delicias para dar gracias!

Una tradición arraigada en Estados Unidos es el Día de Acción de Gracias. El chef Sergio Camacho, de Ambrosia, preparó platillos para celebrar de una forma diferente

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24/11/2016 |17:25Adriana Silvestre |
Redacción El Universal
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El cuarto jueves de noviembre se celebra en Estados Unidos el Thanksgiving o Día de Acción de Gracias. Se trata de una reunión a la hora de la cena, donde cada familia lleva un platillo para compartir con los demás y, lo principal, agradecer la abundancia de todo el año.

Según registros históricos, la primera ocasión que se realizó esta magna y emotiva celebración fue en el otoño de 1621; el banquete consistió en venados, llevados por los Wampanoag, pavo relleno de corn stuffing, calabazas, langostas y patos. Todo cocinado con los métodos nativos tradicionales. Varias décadas después se agregaron tartas, pasteles, salsa de arándano y postres, pues en ese momento los peregrinos aún no utilizaban el horno ni el azúcar.

El festejo fue irregular, hasta el 3 de octubre de 1863, cuando el presidente Abraham Lincoln expidió la primera proclamación del Día de Acción de Gracias y se comenzó una tradición anual.

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Ingredientes básicos

El platillo principal de la fiesta es el pavo, que se prepara relleno y se acompaña con el otro alimento básico, maíz. Éste puede presentarse en forma de succotash (granos enteros cocidos junto con diversas verduras o frijoles) o convertirse en harina para preparar pan, pudín y jarabe.

De acuerdo con el chef Sergio Camacho, director de Alimentos y Bebidas de Banquetes Ambrosia, el ingrediente indispensable es la creatividad porque se pueden hacer los mismos platillos, pero con una presentación diferente o experimentar sabores nuevos; siempre pensando en satisfacer el paladar de los invitados.

El siguiente ingrediente básico es la calabaza de Castilla con la que se puede preparar  desde una sopa, hasta un pastel. Cabe destacar, que fue uno de los más importantes para los peregrinos, ya que  una de sus características es que se cosechan en otoño, cuando aún tienen la cáscara dura y puede guardarse durante varios meses; así las utilizaban en invierno e, incluso, después de ese tiempo.

Una igual de típica es la salsa de  arándanos. Al principio se utilizaron las bayas silvestres, que eran más ácidas y agrias. Las llamaron craneberry porque su flor era similar a la cabeza de una garza (crane); después se deformó la palabra, se eliminó la “e” y quedó la actual.

Otras delicias que también se acostumbran degustar  son las coles de Bruselas, cebollas a la crema, puré de camote, budín de ciruela, pastel de nuez picada, jugo de arándano, leche y café. Sin duda, cada familia crea sus propias recetas y aportaciones, incluso, debido a la migración en Estados Unidos muchas reuniones ya incluyen costumbres latinoamericanas.