Comer o no comer pan de muerto fuera de temporada. Esa es una cuestión filogastronómica que se debate por foodies y apasionados del migajón y el azúcar durante esta temporada. Lo cierto es que, con la llegada de octubre y noviembre, los aparadores de las panaderías se llenan con este pan de forma caprichosa, cuyo aroma cítrico recuerda las frutas de fin de año.