Comúnmente existe la percepción de que los bebedores de cerveza son, en promedio, más obesos que cualquiera de los no bebedores. Incluso se hace referencia a términos como “panza chelera”. Sin embargo, estudios prueban que es sólo un mito.
Una investigación realizada por la University College of London y el Institut Klinicke a Experimentalni Mediciny en Praga en el 2003, demostró que no existe conexión entre la cantidad de cerveza que las personas toman y el tamaño de su abdomen.
De hecho, la chela tiene beneficios nutricionales y de bienestar, como los del vino (para los que le hacen el feo a la cerveza), siempre y cuando se consuma con moderación.
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