Un estudio, publicado por la Universidad de Rutgers (Estados Unidos) en la revista “Neurology” resalta, que, a pesar de varias afirmaciones científicas que mencionan que el consumo de alcohol representa uno de los métodos más eficientes en la prevención de enfermedades cardiovasculares, el hecho desencadena una serie de cambios neuroquímicos.
Hasta 2012 los investigadores no tenían claro cuál es el impacto del consumo moderado de alcohol para el cerebro.
En un estudio, científicos suministraron alcohol a ratones hasta alcanzar los límites de concentración en la sangre permitidos de 0.08% (0.08 gramos de alcohol por cada 100 mililitros) equivalente al límite legal en EE.UU
Los resultados mostraron que tras un periodo relativamente corto de consumo moderado de alcohol, hubo un impacto negativo en el cerebro: el número de neuronas en la zona del hipocampo se redujo hasta un 40% indicó la doctora Megan Anderson.
“Si el hipocampo del cerebro se ve afectado cada día durante un periodo prolongado de tiempo finalmente la persona perderá la capacidad de aprender cosas nuevas” afirma Anderson.
El hallazgo según señalan los expertos muestra incluso que el consumo moderado de alcohol en periodos cortos puede tener efectos profundos en la plasticidad estructural del cerebro, provocar problemas en la capacidad cognitiva impidiendo controlar su comportamiento ante determinadas situaciones.