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Dulces “El manjar mexicano”

Se acercan las fiestas patrias y no podemos concebirlas sin dulces.

FOTO: iSTOCK
24/08/2016 |14:53Redacción |
Redacción El Universal
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Los colores y sabores los llevamos en el corazón.

Los dulces tradicionales mexicanos tienen historia, son patrimonio y cultura, aquí lo importante es tradición, el cuidado y el orgullo de ofrecer el dulce más colorido y alegre que se vuelve ofrenda y convivencia familiar.


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En México no hay celebración sin dulces: posadas con piñata, llena de frutas y colaciones; cuaresma con capirotada; navidades con buñuelos y su miel de piloncillo, guayaba y canela; día de muertos con calabaza en tacha y calaveras de dulce, chocolate y amaranto, toda clase de dulces para las fiestas patrias, entre otras festividades.

Gran parte de nuestros dulces típicos están elaborados con frutas autóctonas, pero a la llegada de los españoles, y con la intención de apoyar a la evangelización del nuevo mundo infinidad de conventos y órdenes religiosas combinaron las costumbres culinarias europeas con las indígenas, acentuándose en diferentes puntos del país como Puebla, Michoacán, Querétaro entre otros estados de la República, dando como resultado esas exquisiteces que conocemos como dulces típicos mexicanos.

Los antiguos pobladores de Mesoamérica ya preparaban algunos de nuestros dulces típicos antes de la llegada de los españoles, mezclando frutas, semillas, algunas especies y miel de diferentes tipos.

Para la elaboración de los dulces típicos, los mexicanos aportamos la calabaza, el chilacayote, el coco, el cacao, la tuna, el maíz, el amaranto y los españoles trajeron la caña de azúcar, la leche y el huevo.

Algarabia de colores y sabores dulces. 

En los mercados podemos encontrar las alegrías hechas de amaranto, las pepitorias, elaboradas con pepita de calabaza, las palanquetas hechas con nuez o cacahuate, los macarrones de leche azucarada, cocadas, diversos dulces de leche, jamoncillos de pepita, acitrón, tamarindos enchilados dulces y salados, charamuscas estiradas, trompadas, rompemuelas, frutas cubiertas y cristalizadas como la calabaza, chilacayote, higo, piña, naranja, tuna y limones rellenos de coco. Crujientes morelianas, jaleas, obleas, peladillas y cajetas.