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El chef Riaz Ahmad Siddiqui orquestó una cena diseñada para acompañar vinos de la bodega Salto de Fé: Tono 8 y Grapho, caldos que se han elaborado con directrices bastante particulares. “El proyecto nació al querer crear un vino a partir de música y de palabras,”explicó Fabiola de la Fuente, “comencé por un prototipo pequeño donde tomé dos barricas con mezclas idénticas; a la primera le escribí palabras basándome en los escritos de Masaru Emoto; para la segunda le puse audífonos y le transmití ocho horas de música diaria según teorías de Alfred Tomatis. A ambos les hice estudios de laboratorio cada seis meses, donde la enóloga Laura Zamora y yo descubrimos que el mismo vino derivó en diferentes resultados.” Para Tono 8 se buscó que las ondas vibratorias transformaran el vino, no los decibeles. De acuerdo con Fabiola, el resultado es un vino marcado en taninos, una característica que lo hace ideal para maridar con platillos dulces que lo complementan, o en platillos grasos que lo balancean. Por otro lado, en Graphos se perciben notas de fruta; sobre todo al agitarlo, cuando se desprenden notas a fresas, ciruelas o zarzamoras. Su añejamiento de seis meses en barrica también le aporta notas de humo. Ya en boca, se percibe un vino frutal, con cierta acidez, lo cual ayuda a complementar platillos grasos y a equilibrar preparaciones saladas.
Para degustar los vinos, se eligió platillos de la cocina pakistaní como los papadum, tostadas especiadas de harina de lenteja, que destacaron por ser tan delgadas como crujientes y un pronunciado picante. Ya en el primer tiempo, y para maridar Grapho, el menú consistió en bhuma mura g h ,punjabi choleynaande ajo. El primero, un pollo en curry con yogurt y cebolla frita, el cual lo hacía cremoso y agradable al paladar; el segundo, una mezcla de garbanzos en salsa de curry que funcionaron excelentemente como guarnición del primero; y el naan, el pan típico de la India. Finalmente, para acompañar Tono 8, se sirvió dhal,balthi gosht ynaan de queso. Para cerrar con la cena, el chef sirvió gulab jaman, para mostrar cómo la comida de oriente puede maridar con vinos de occidente y cómo las palabras y la música podrían tener el potencial para influir en los sabores de un vino.