La recomendación general en alimentación saludable consiste en tener una dieta balanceada en la que se incluyan alimentos de todos los grupos: lácteos, frutas, vegetales, harinas, carnes y grasas.
Dentro de este balance adquiere mucha importancia la cantidad que se consuma de cada grupo.
Por eso, hoy hablaremos sobre el yogur como parte de un grupo esencial (lácteos) en la dieta de toda persona, en especial de quienes hacen deporte.
El yogur se define como un probiótico. Lo que significa en términos alimentarios que contiene bacterias vivas capaces de contribuir al equilibrio de la flora intestinal y potenciar el sistema inmunológico o defensas del organismo.
Asimismo, al ser ingeridos en cantidades suficientes ejercen un efecto positivo sobre la salud.
Cuando se realiza ejercicio con mucha frecuencia y alta intensidad se sufre un desgaste físico, que afecta el funcionamiento del sistema inmune. Por lo general, cuando el entrenamiento está en su máxima carga los niveles de anticuerpos descienden y aumenta el riesgo de contraer alguna infección.
Por esta razón el consumir yogur con probióticos beneficia la salud de los deportistas y de la población en general.
LÁCTEO RICO EN BENEFICIOS
A nivel nutricional, el yogur provee proteínas de alta calidad, vitaminas (B2, B12, C, D) , minerales (Calcio, Fósforo, Magnesio y Zinc) y la concentración de grasa depende de la leche de base con que se elabore, por lo cual podemos encontrar yogur sin grasa o en concentraciones medias y altas.
Por su parte, las tendencias actuales en yogur incluyen variedad de sabores. Asimismo, los hay trozos de fruta natural, con lo cual permitien aumentar su valor nutritivo y mayor beneficioso en la salud, ya que la adición de frutas mejora su contenido de fibra y sustancias antioxidantes, lo que acelera la recuperación de los deportistas y favorece los procesos de digestión.
Otra de las tendencias se dirige al uso de yogur griego. El cual tiene el doble de proteína y la mitad del azúcar que el yogur normal. Por lo que al tener menos lactosa que los yogures tradicionales, son más fáciles de digerir.
Esta variedad de yogur lleva un proceso en el que se pierde gran parte del suero de la leche, lo que lo hace más cremoso y denso, con una consistencia más suave. Y en relación a la cantidad de grasa, ésta varía según la leche utilizada para su preparación.
Por otro lado, la popularidad del yogur ahora va más allá del uso común en las meriendas o desayuno. Pues las diferentes variedades de yogur están siendo usadas en la industria alimentaria como un ingrediente en salsas, pasteles o repostería, aderezos de ensaladas, dip con verduras, helados en paleta, entre otros.
De tal forma, que las nuevas tendencias del yogur favorecen un mayor consumo y hacen más fácil el cumplir con sus dos o tres porciones de lácteos diarias para un mejor aporte de calcio y proteínas diarias.