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Acorde con una publicación del City Lab de The Atlanthic, muchas de las personas que acuden a un restaurante, en algunas ocasiones pueden crear un mar de tempestades por las reclamaciones que pueden llegar a hacer. Unas tan absurdas e inverosímiles que el personal del establecimiento no sabe si reír o llorar por lo que están presenciando.
A continuación, se enumeran algunas cuestiones que según, las mismas personas que trabajan en restaurantes, pueden calificar como inaceptables por parte de quien ordena un platillo.
1) Fingir una alergia
Actualmente, muchas personas cuentan con un gran número de alergias, algunas de ellas realmente peligrosas, por ello, la mayoría de los restaurantes han optado por mencionar a los comensales los ingredientes que contiene cada platillo para tener mayores precauciones.
Sin embargo, algunas personas valiéndose de su temperamento aseguran tener cierto tipo de patología al menor contacto con cierto alimento, esto sin ser, en la mayoría de los casos, cierto.
Jennifer Piallat, propietaria de Zazie, asevera que muchas personas al saber los ingredientes del menú, radicalizan sus temores "creyendo que algún ingrediente puede ocasionarles un colapso oshock, cuando en realidad deberían calmar su fobia y entender que no despertarán como si hubiesen sido anestesiados o algo por el estilo".
2) Cambio de menú
Otro problema que afecta a los meseros o integrantes del restaurante es la constante necedad de las personas por adaptar el menú del día de acuerdo con sus gustos. Esto, resulta molesto para muchos de los chefs.
"Yo no digo que mis platillos sean perfectos o que sean obras de arte, pero todo está planificado y pensado", afirma Eric Samaniego, jefe de cocina del Little Sparrow Café, en Santa Ana, California.
El ordenar con severidad la introducción de cierto complemento alimenticio cuando éste no se tiene en el menú, o no se encuentra en temporada para su producción, acaba por frustrar la actitud de los meseros en más de una ocasión.
3) No hay respeto por la reservación
En Zazie, restaurante norteamericano, muchas de las reservaciones son para mesas sin evento, o en muchos de los casos son de último momento, lo cual se traduce en pérdidas y movimientos repentinos, tanto en la administración como en la organización en la cocina.
"El tratar de cambiar el menú de la reserva en un corto periodo de tiempo se vuelve algo casi prácticamente imposible", apunta el chef David Santos de Louro.
4) Ser tacaño
Para el chef Steve McHugh es incómodo el tratar con personas que solicitan de manera casi forzosa el acotar el precio de los platillos, así como escuchar en repetidas ocasiones que realicen una promoción.
"La gente debe familiarizarse con el concepto de un restaurante antes de visitarlo, debe informarse y saber cómo es la dinámica en él", comenta McHugh.
5) Permanecer en una mesa por mucho tiempo
La mayoría de la gente, después de comer, disfruta de una larga sobremesa, un momento para platicar con los amigos o familia que comparten la mesa. Sin embargo, en algunos establecimientos es incómodo que los comensales estén ocupando una mesa sin consumir, o lleven bastante tiempo en la misa.
Esta molestia radica de que el restaurante puede tener una lista de espera para ingresar, pero no cuentan con espacios desocupadas, gracias a aquellos que gustan de la sobremesa, la cual puede durar horas.
6) Ser grosero
Infinidad de personas se dirigen hacia el personal de un restaurante de manera altanera, creando así un ambiente poco agradable no sólo para los que laboran ahí, también para el mismo cliente.
Asimismo, uchas de las personas que asisten a los restaurantes nunca se detienen a pensar en la forma en cómo se comportan, además, de que no piensan que hay más gente a su alrededor y que su actitud puede molestar la comida de los demás. Por ejemplo, cuando tienen una llamada es lógico contestar, pero con un tono de voz moderado.
7) Desconfiando del profesional
Algo que puede ser engorroso, sobre todo para los chefs, es que un cliente pida una recomendación sin siquiera haber probado el platillo o agregar condimentos como sal y pimienta sin siquiera haber degustado inicialmente la sazón del cocinero. Esto se traduce en desconfianza por la capacidad de quien elaboró la comida y termina por ser lastimoso para la confianza del chef.
8) La propina
En México, la tarifa más común para dejar propina es el 10 por ciento del consumo total, pero cuando el servicio es excelente o el restaurante es de lujo, se acostumbra mínimo dejar el 15 o más.
Lo cierto es que la propina es opcional, aunque hay establecimiento que ya la cobran en la cuenta final.
Sin embargo, la mayoría de las veces los meseros quedan inconformes con la gratificación dejada, lo que desde siempre ha sido un tema de debate.
9) Las redes sociales
En la actualidad, existen diversas plataformas en línea donde la gente puede emitir sus comentarios respecto al servicio de cierto restaurante. Sin embargo, los comentarios que se observan en algunas redes sociales, "pasan de tener un punto objetivo a emitir cualquier idea sin fundamento y sin dar la oportunidad de ganarse al cliente" asegura Samaniego.
Como dice Angulo de JCT Kitchen and Bar "La mayoría de los restaurantes harán todo lo posible por atender las solicitudes y van a tolerar casi cualquier molestia, que la mayoría reconoce es parte del trabajo; mas esto no quiere decir que esté permitido a la clientela hacer del trabajo del personal de un restaurante algo intolerable y frustrante.
"Al mantenerse en una postura abierta y con moderación, tanto el cliente como el servicio podrán cumplir sus objetivos de una manera amena y sin tanto barullo".