El queso ha sido un alimento presente en la dieta diaria. En México, sus raíces se remontan a la época de la Colonia, pues gracias a la introducción de animales de cría como vacas, cabras y ovejas, se inició el consumo de estos productos entre la población. De acuerdo con el Larousse de quesos mexicanos, los quesos se dividen en ocho grandes familias alrededor del mundo: están los frescos, aquellos que son de pasta hilada, los de corteza mohosa e hilada; los semimaduros y los maduros, y, finalmente, los azules y los quesos condimentados. Conoce estos cuatro quesos, cada uno elaborado con un tipo de leche diferente: de búfala, de oveja, de vaca y de cabra.
Mozzarella
Es originario de Italia: de las regiones de Campania, Abruzzo y Puglia. Se elabora a base de leche de búfala de agua. Es de carácter fresco, pues se consume horas después de quedar listo. De textura flexible, es rico en calcio y contiene 45% de grasa.
Cambozola
Un queso azul de triple crema de leche de vaca, parecido al brie (en paises anglosajones se le conoce como brie azul). Fue creado en la región alemana de Allgäu en el año de 1990. Es un cruce entre el gorgonzola y el tipo camembert.
Manchego
Originario de La Mancha, la tierra de Don Quijote, es uno de los quesos más reconocidos a nivel mundial. De consistencia semisuave, contiene 57% de grasa y es elaborado con leche de oveja; lo puedes encontrar semi curado, curado o añejo.
Fresco de cabra
Es un queso de consistencia suave elaborado con leche de cabra. En México, los estados productores son Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato, Michoacán y Jalisco. Tiene un porcentaje de grasa que llega a variar entre 25 y 45 por ciento.