Este reality show de cocina llegó a nuestro país a principios de este año. La producción fue un esfuerzo conjunto de una casa productora y algunos mexicanos que buscaban mostrar los sabores de algunos de los rincones más significativos del país, desde Hidalgo, Guanajuato, Yucatán hasta la ciudad de México. Después de anunciarse su victoria como el primer Top Chef en México, platicamos con Rodolfo Castellanos sobre su participación y su experiencia tras haber resultado como ganador.
Menú: Después de ver el último episodio transmitido, ¿qué fue lo primero que pensaste?
Rodolfo:Pues nada, una gran emoción de ver el producto terminado. Me refiero al capítulo. Digo, sabía el resultado y todo eso pero es muy distinto escuchar todos los comentarios y todo lo que dice la gente, lo que dicen las cocineras tradicionales, lo que dicen Ricardo y Manuel... Fue algo súper emocionante. Con eso me quedo.
M: ¿Por qué decidiste entrar a Top Chef?
R: Me gusta mucho esto de los concursos, ya he participado en varios y tenía una racha muy buena y una muy mala, especialmente en la final. Siempre que pasaba algo mal en los concursos anteriores era porque intentaba hacer algo de más o algo que nunca hacía normalmente, porque quería sorprender, aunque el sorprendido, al final, era yo. Aquí, entré muy tranquilo, con mucha responsabilidad de meterme a un concurso como oaxaqueño, con presión de que no me fueran a patear el trasero en las primeras rondas y eso era bien difícil. Pero no fue el caso, en cada reto me sentía mas cómodo: había algunos que me acomodaban muy bien y había otros que no tanto.
M:¿Cuál fue el reto que más te gustó?
R: Pues todos tenían su encanto. Me gustó mucho el reto a ciegas; la guerra de restaurantes; el de la barbacoa aunque fue una friega pero hacerlo en ese contexto, desde cavar el hoyo y estar hasta el amanecer fue muy padre; también los últimos dos fueron mis favoritos porque ya eran episodios para enfrentarse con uno mismo, pero en un entorno como Mérida.
M: ¿Quésignificó parati conoceresas partesde México a través de una producción televisiva?
R: Fue un bonito recorrido. Difícilmente sales de viaje o tienes oportunidad de descubrir lugares y
de dónde viene cada producto. Fue mucha información en poco tiempo, pero se agradece muchísimo. Ver México y su gente, conocer lugares nuevos fue impresionante.
M: Después de semanas tan intensas, ¿qué aprendiste sobre ti mismo?
R:Tomé muchísima confianza, le di un gran valor a lo que hago porque ahorita, como está la cosa y que abren restaurantes por todos lados, que hay tantas propuestas y tendencias y dices, «Híjole, yo aquí con mis molitos, mis hierbas y mis chiles está difícil; tengo que hacer algo muy diferente, más vanguardista o molecular...» Me dio muchísima confianza de refrendar eso, de saber que estoy haciendo las cosas muy bien, que nuestra propuesta es muy digna, muy única y que no tenemos absolutamente nada que envidiarle a nadie en cuestión de gastronomía o de producto. Todos estos diferentes estilos de cocina marcan la diferencia entre un cocinero y otro. Y, al final del día, conforme iban avanzando los retos, veía que lo que yo hacía tenía mucho contenido, muchas referencias válidas, palpables, y eso me llenó de más confianza. Esta experiencia para mí fue un gran aprendizaje, el de valorar absolutamente todo lo que estamos haciendo. Si ya tenía las cosas claras, ahora llegó la cereza en el pastel para seguir en este camino.
M: En tu caso, ¿cuáles fueron esas bases que te condujeron al triunfo?
R: Mi madre siempre va a ser la gran base e inspiración de mis platillos. Lo que yo comí de niño, lo que probaba en los pueblitos, era algo que a mí se me hacía maravilloso el poder cocinarlo y expresarlo de alguna manera en platillos. Afortunadamente, tuve la oportunidad de trabajar en muchos lugares, en un par de países, de conocer otras culturas y otras cocinas, y eso a me dio la claridad de decir: Oaxaca lo tiene todo. Somos un estado tan rico y tan lleno de magia, y yo quería ser parte de esa historia. Fue bonito mostrar que yo también he viajado, que hablo tres idiomas, que fui becario de una fundación que me llevó a Francia un año; he hecho competencias en el extranjero, pero para qué lo voy a estar diciendo. No soy muy expresivo y trato de ser muy mesurado, pero afortunadamente mi familia y mis amigos me aterrizan diciéndome que nunca iba a dejar de ser el tipo al que se le batía el arroz. La satisfacción personal más grande que tengo ahorita es que sí ha costado, que he tenido que sacrificar muchas cosas, pero para eso me metí a esto, es la carrera que elegí. Pero igual se disfruta de saber que estoy haciendo algo tan bonito que provoca cierta cosquillita en las personas y que sobre eso, nos seguimos motivando.
M: ¿Qué viene para ti después de tu victoria en Top Chef México?
R: Quiero investigar, seguir leyendo y aprender cosas porque ya vi que, a pesar de que todo salió de maravilla, el repertorio de todo cocinero es muy limitado. «Nadie nace sabiendo» dice mi mamá. Al final del día es una expresión muy personal y yo siento que ahorita estoy en ese punto de evolución, de seguir aprendiendo y de ir incluyendo poquito a poquito cositas muy sutiles. Al final del día, en el programa estás solo contra ti mismo, tirando golpes para todos lados y defendiéndote, mientras que en tu restaurante ya estás en tu cancha con tus materiales y ya puedes planear una dinámica y eso es a lo que quiero llegar.
Nos despedimos del chef. Nosotros esperaremos las sorpresas de la siguiente temporada.