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Todos los caminos llevan a Roma, decía el antiguo dicho al referirse a la cuna de la civilización occidental. Y no era casualidad, pues los romanos desarrollaron una fórmula infalible para pasar un buen rato: comida y espectáculo. En la ciudad de México, la colonia Roma es ya un coliseo gastronómico y cultural que reúne a numerosas propuestas para sortear, en la arena de la mesa y la cocina, un duelo culinario cuyo veredicto final está dictado por la voluntad soberana del comensal. Pan y Circo es un proyecto culinario que acaba de abrir sus puertas y, de entrada, gana puntos gracias a su ubicación privilegiada, pues descansa sobre la codiciada avenida de Álvaro Obregón, en el corazón del barrio.
“La idea del concepto está cimentada en el recuerdo de la antigua Roma; no en un sentido literal, sino más como inspiración para convertirse en un foro inclusivo de diferentes disciplinas, desde la gastronomía hasta el arte, las letras, el cine y el teatro,”comenta el chef Alberto Harwey, quien está al frente de la cocina de Pan y Circo. Una mirada a su carta denota la influencia de una cocina “de fuego y ceniza”, como la describe el chef, pues se aprecian platillos con ingredientes rostizados y tatemados. De entrada, la cocina cuenta con un rosticero de grandes dimensiones, a partir del cual el chef y su grupo de cocineros trabajan los sabores ahumados que buscan ser un diferenciador con respecto a la oferta del rumbo. “Utilizamos madera de encino del estado de México y experimentamos con diferentes hierbas, como el romero, para darle un toque aromático a la técnica del rostizado,”continúa.
Para el comensal antojadizo y goloso que todos llevamos dentro, este restaurante provoca con sus gajos de papa: salsa de tuétano con un toque ahumado, tocino dorado espolvoreado, una cantidad generosa de queso parmesano y un capricho de perejil para acentuar sabores. Otro gran punto a favor. Luego están el roast beef con salsa de pimientas y brócoli con almendras, y su pulpo a las brasas con salsa de cacahuate, jocoque y puré rústico de papa y ajo tostado. Sí, cualquier platillo con ajo rostizado es mejor y el chef Alberto lo sabe. En el apartado de los tragos, la barra apuesta por combinaciones que remiten a la idea de la coctelería old school, como el negroni -que lo mezclan con Ancho Reyes- o el clásico martini sucio con la ineludible aceituna.
Un espacio para todos
Consta de diferentes espacios, cada uno delimitado por un nivel. En la planta baja “se intentó rescatar el feeling de una cabaña familiar,”dice el chef; sin embargo, este ‘chalet’ restaurantero tiene la particularidad de que todos sus elementos decorativos están a la venta. “Buscamos darle una segunda vida a muchos artículos y si te gusta algo, lo puedes adquirir y lo entregamos en tu domicilio. ”A nosotros nos gustó un sillón con tonos dorados, veremos si en la siguiente visita sigue ahí. Además, en la planta alta y la terraza se busca conformar un espacio ecléctico que albergará eventos culturales, con una curaduría a cargo de Moira Mendoza. De esta forma, este restaurante retoma la dupla necesaria para alborotar los sentidos: Pan y Circo.
Pan y Circo
Dirección: Álvaro Obregón 160, Col. Roma
Tel: 7312 9114
Twitter: @panycircoMXDF
Horario: mar-mié:1:30-22 hrs. jue-sáb 1:30-12:30 hrs. dom 1:30-20 hrs.
Promedio: 350 pesos