Después del primer episodio de Top Chef México, tuvimos una salpicada del talento nacional que ronda en las cocinas de los restaurantes. El estrés y la improvisación son el pan de cada día para sacar el servicio adelante y los participantes están acostumbrados a ello. Algunos se desempeñan en el ramo de la restauración, otros hacen banquetes o se dedican a la investigación culinaria, algunos son mediáticos y otros no, pero en este espacio luchan la misma batalla para ser “el mejor cocinero”, como ellos mismos lo dicen en el teaser del programa: “están dispuestos a todo”, típica actitud en un reality.

Selección para el drama

Para tener una trama exitosa, se debe salpimentar con una diversidad de personajes que, con ayuda del jurado, logren generar cada semana momentos de tensión y conflicto para definir las expulsiones. Habrá personajes para amar y odiar, y para ello la audiencia hace uso de las redes sociales para comentar y mostrar su apoyo. Eva García Cuervo, directora de Cocinero del Año, cuenta que al principio eran 100 candidatos a quienes se les pidió un video donde los participantes deberían contestar un cuestionario y estar sujetos a investigación de su trayectoria y propuesta culinaria. En la segunda fase, el cineasta Daniel Gruener se encargó de entrevistar a 50 candidatos para que en la tercera fase se sometieran a pruebas psicológicas y técnicas sólo una veintena. El propósito fue asegurarse de que los participantes resistieran la convivencia y competencia durante las seis semanas de grabación.

El año pasado, México tuvo la regionalización de Master Chef bajo la producción de Alejandro Esquivel, que incluyó cocineros amateurs. Ahora, la narrativa cambia debido a la experiencia cinematográfica de Gruener y al elenco de cocineros, todos profesionales en la industria.

La expectativa y el suspenso

Los ingredientes serán punto clave en cada episodio. La producción buscó poner sobre la mesa ingredientes de las diferentes regiones del país: chile chilhuacle negro oaxaqueño, chile chiltepín sinaolense; maíces como el cacahuacintle o el morado, entre otros.

Como en todo reality se espera un ganador; no obstante, más allá de la competencia se intenta un contacto didáctico entre los alimentos y el televidente. Para ello, Top Chef México buscará retratar la diversidad gastronómica de nuestro país con grabaciones en diferentes locaciones, retos y la alacena por regiones que ya mencionamos como los puntos clave.

Gracias a la efervescencia culinaria que se vive en torno a la cocina nacional, marcas televisivas internacionales han volteado hacia el televidente mexicano para adaptar su fórmula exitosa, la cual se ha ganado el gusto de la audiencia en el horario estelar de los domingos, no sólo en Estados Unidos sino también en España. El cómo del reality es ya conocido por el televidente contemporáneo: drama, crisis, héroes, mentores y villanos enmarcados en un espacio y condiciones controladas. Para Gruener, hay algo en común entre cineastas y cocineros: “cada uno tiene el gusto por contar historias que dejen un viaje que se adhiera a la memoria.”¿Top Chef México lo logrará? Por cierto, la producción ya cocina el casting de la siguiente temporada.

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