La popular gatita japonesa Hello Kitty apuesta por primera vez por la gastronomía china con un nuevo restaurante en Hong Kong, en el que no duda en renunciar a sus raíces para aumentar su presencia en el mayor mercado del mundo.
Llamado a convertirse en uno de los lugares más visitados por la multitud de fanáticos que arrastra, el restaurante Hello Kitty Chinese Cuisine, que abrió oficialmente las puertas al público ayer, 1 de junio, -aunque ya lleva un mes en prueba- adorna paredes, platos y cubiertos con estampas de la famosa felina.
El menú del restaurante cuenta con 37 platos inspirados en Hello Kitty que, según cuentan los cocineros, son elaborados con ingredientes únicamente naturales, pese a lo que pueda parecer por sus extrañas formas.
"Además de la asombrosa presentación de los platos, la comida está muy sabrosa y es muy auténtica" , cuenta Helen Chan al salir del restaurante después de hacer una cola de 45 minutos de espera.
El local lleva abierto a modo de prueba desde comienzos de mayo, y en pocas semanas ha atraído ya a miles de comensales.
El restaurante es la última estrategia oficial de un personaje que el pasado año cumplió 40 años con celebraciones en todo el mundo, incluida una convención especial en Los Ángeles a la que acudieron más de 26.000 personas, exposiciones internacionales y hasta un maratón en su honor corrido en Singapur.
Sanrio, la compañía que está detrás de Hello Kitty, lanzó al personaje en 1974 y cuatro décadas después la gata se ha convertido en un negocio de más de 7.000 millones de dólares para la marca nipona.
Una mina de oro inagotable que es explotada a través de licencias y derechos de uso de imagen a nivel mundial que han acaparado negocios que van desde la aeronáutica a la moda, la alimentación o los servicios de asistencia sanitaria.
Después de Estados Unidos, es en Asia donde especialmente ha sabido hacerse con un fiel grupo de seguidores sin distinción de sexo o edad, incluyendo el público chino, inmune a los eternos problemas diplomáticos e históricos entre Pekín y Tokio.
La isla de Taiwán, de cultura china aunque separada políticamente del régimen comunista, es uno de los mejores ejemplos de la pasión por Hello Kitty fuera del archipiélago nipón, una pasión que llevó a la compañía aérea taiwanesa Eva Air a estampar uno de sus Boeing 777 con imágenes de Hello Kitty.
También en Taiwán, la sala de maternidad del hospital Hau Sheng, en Taipei, está decorada al completo con figuras de dicho personaje, desde la cuna de los neonatos hasta los uniformes de las enfermeras llevan el distintivo lazo y cara del felino originario del país del sol naciente.
En Dubai, el Hello Kitty Beauty Spa ofrece servicios de belleza inspirados en la blanca minina.
Los productos con Hello Kitty cubren toda la gama inimaginable de artículos, desde aquellos de uso diario hasta bienes de lujo, acomodados para los fans de todas las edades y poderes adquisitivos.
La incursión ahora del personaje en el mundo culinario chino ha sido vista en Japón como un signo de mayor acercamiento después de años de tensas relaciones bilaterales, de la mano con el reciente estreno en los cines chinos de una película de Doraemon, otro gato japonés famoso en todo el mundo.
Es la primera película nipona en llegar al país vecino en casi tres años, desde que en 2012 Pekín y Tokio elevaran al máximo sus tensiones diplomáticas: el gato cósmico de bolsillos mágicos y la gata de pose formal podrían estar siendo los grandes protagonistas de un lento deshielo.