Sencillo, sin mayor pretensión que hacer lo que le gusta y hacerlo bien, así es Joan, el mayor de los hermanos Roca, (Josep y Jordi), el responsable de la cocina salada, del  Celler de Can Roca y quien señala que los premios son buenos, pero afirma que ninguno es mejor que una sonrisa de satisfacción de un comensal que sale  con ganas de regresar.

Para Joan, la cocina va más allá de saborear un bocado, cada platillo es una oportunidad de viajar, de unir culturas, y con esa premisa, el Celler de Can Roca, trabaja cada día, pero ¿Cómo nació todo? ¿Cómo fue que los hermanos Roca encontraron en la gastronomía el punto de perfección?

 

El presente de los hermanos Roca se gestó desde su infancia, en 1967, cuando los padres de Joan, Josep Roca y Montserrat Fontané, abrieron el Can Roca, un bar-restaurant en Taialà-Germans Sàbat, un barrio popular a las afueras de Girona. 

 

En este lugar, los hermanos crecieron y aprendieron, siempre entre fogones, sonidos de sartenes, cocciones y recetas.

 

Joan Roca estudió en la Escuela de Hostelería de Girona, pero su mayor aprendizaje lo tuvo en la cocina del restaurante de sus padres, además de que se les brindó  la oportunidad de estar en algunos de los mejores restaurantes del mundo como El Bulli, El Racó de Can Fabes y el Georges Blanc, en Francia.

 

Perseverancia y dedicación

 

Afirma que en la cocina del Celler ha habido una trasmisión de valores, aunada al esfuerzo, a la autenticidad, a la perseverancia y eso ha hecho que sus carreras sean un camino lleno de momentos bonitos, no tanto por los reconocimientos sino por esos momentos que viven cuando la gente se marcha  agradeciendo la experiencia. 

 

“Hacemos una cocina fácil de entender, porque al final lo que pretendemos es que los sabores, al margen de las estéticas modernas y de vanguardia, estén presentes en la memoria gustativa de la gente”, indica Joan.

 

Añade que su vida es un complemento, que si bien, la cocina es parte fundamental de su cotidianidad, también le gusta leer, pasear, viajar y experimentar otras experiencias, además de dedicar tiempo a su familia.

 

“Esta parte es muy necesaria para mantener la cabeza en lo que tienes, en tu profesión, que esa vida esté conectada en un entorno de tranquilidad y de confort”, puntualiza el cocinero catalán, quien visita frecuentemente nuestro país, invitado por festivales, como el Wine & Food Cancún, que en abril pasado tuvo el atino de traer a México, un gran equipo de chefs españoles.

 

Regresan al puesto número uno 

de S. Pellegrino

 

En el 2013, El Celler de Can Roca, obtuvo, por primera vez, el primer puesto en la lista de los 50Best de San Pellegrino, en esta ocasión, volvieron a conquistar ese puesto, por lo que Joan Roca recientemente declaró que “las estrellas Michelin sabes cómo puedes mantenerlas, un puesto en una lista no, porque opina muchísima gente y es muy complicado. El Celler de Can Roca es ya una marca internacional, ya tiene ganado el prestigio, con volver al número uno no gana tanto el restaurante, que está bloqueado desde hace seis años en las listas de espera (un año), sino el país, la imagen del turismo, de sus productos y todos los cocineros, porque verán revalorizado su oficio y su trabajo. España vuelve a ser el foco de la gastronomía”, enfatiza. 

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