Las papas no sólo son ricas, de hecho ¡son deliciosas! y un alimento muy versátil!, se pueden preparar de mil maneras, enteras, molidas, picadas, trituradas; asadas, cocidas o fritas, entre otras especialidades.
Se trata de uno de los ingredientes de mayor demanda internacional. Es un tubérculo subterráneo originario de América del sur, particularmente de la región andina, un exquisito regalo que el Nuevo Mundo brindó a la gastronomía internacional.
Rica fuente de energía
También son alimentos de alto aporte nutrimental. Nos brindan, en primer lugar, almidones, hidratos de carbono de reserva, que nos sirven como fuentes de energía para el cuerpo. A partir de estos valores podemos llevar a cabo las funciones metabólicas básicas como respiración, digestión, excreción y circulación.
La energía de los hidratos de carbono, como la que aportan las papas, nos sirve también para llevar a cabo actividad física de todo tipo, desde la moderada que implican las actividades normales de la vida cotidiana, hasta la más extenuante como la que requiere el deporte formal.
Su historia y presencia en la cocina
Se trata de un ingrediente utilizado desde las modestas cocinas caseras, hasta ser transformada por los grandes maestros de las artes culinarias como: Ferran Adrià, el alquimista de la cocina, con su mousse de papas y Juan Mari Arzak, padre de la culinaria de vanguardia, y su puré de papa nativa al wasabi, por mencionar algunos.
Por otra parte, en el libro Dieta Sana en Cuerpo Sano, se menciona que respecto al origen de este tubérculo existen varias versiones, todas ellas falsas; se dice por ejemplo, que fue cultivada por primera vez en el estado de Virginia por los colonizadores ingleses, y que también es una planta desarrollada en Europa.
Sin embargo, Fray Berdino de Sahagún, en su obra Historia General de las cosas de la Nueva España, ya hace mención de la papa junto con el fríjol, el cacao, el maíz, la vainilla, y el aguacate, entre otros muchos alimento que formaban parte importante en la dieta de los prehispánicos.