Al respecto de la situación en Venezuela, algunos breves comentarios:
1. Los datos que tenemos han fluido confusamente, lo que entre otras cosas refleja una guerra informativa. Maduro busca minimizar lo ocurrido y manifestar que todo está bajo control, mientras que Guaidó busca transmitir la idea de que la mayor parte de las fuerzas de seguridad y la población lo respaldan. Aun así, vale la pena compartir algunos apuntes de contexto.
2. Hasta hace muy pocos días, todo parecía indicar que el movimiento iniciado por Guaidó hace algunos meses con su proclamación como presidente legítimo de Venezuela, la cual recibió la venia de Washington, de varios países de América Latina y de decenas de otros más, estaba teniendo muchas dificultades para avanzar. Varios análisis recientes coinciden en que hubo uno, o más bien varios errores de cálculo por parte de quienes diseñaron la estrategia contra Maduro. De un lado, en lo general, el presidente pudo mantener el apoyo de las cúpulas militares, las fuerzas de seguridad y otros actores clave. Del otro lado, Maduro ha podido conservar un importante soporte internacional por parte de países de la región como Cuba, o potencias internacionales, destacadamente Rusia. Más allá de lo que esto significa en términos materiales, tanto Maduro como las fuerzas de seguridad venezolanas se encuentran altamente incentivadas por esta serie de apoyos políticos y simbólicos como para mantenerse en el poder a costa de lo que sea.
3. Como resultado, el cerco que venía imponiendo el gobierno venezolano sobre Guaidó en las últimas semanas se venía cerrando. A principios de mes, Maduro pidió retirarle la inmunidad y la Asamblea Constituyente lo hizo. Se pensaba que se estaba preparando el terreno para su posible arresto. Apenas el 29 de abril, las fuerzas de seguridad le impidieron llevar a cabo una manifestación.
4. Esta suma de factores es la que parece haber precipitado los eventos de este 30 de abril. Posiblemente, el objetivo inmediato de Guaidó no es tanto ocasionar el desplome de Maduro, como mantenerse relevante, recuperar la iniciativa de los eventos, atraer nuevamente el foco mediático y con ello, reactivar la ola de respaldos internacionales, los cuales, como vemos, no se han hecho esperar. De paso, Guaidó garantiza el no ser, de momento, detenido, como muchos pensaban podría ocurrir. Un siguiente objetivo sería el provocar mayores quiebres entre las fuerzas leales a Maduro.
5. Ahora bien, la liberación de Leopoldo López, entre otros hechos, sí son indicativos de que al menos ciertos sectores de las fuerzas armadas están con Guaidó. Aunque con la información actual es imposible dimensionar el tamaño de este apoyo, por los datos que inicialmente teníamos, no parecía ser suficiente como para destituir o derrocar al actual gobierno. Nueva información parece indicar que el apoyo a Guaidó podría ser mayor del que originalmente se pensaba. En todo caso, lo que hemos visto y podríamos seguir viendo son enfrentamientos entre esos sectores de los militares y las fuerzas leales a Maduro, entre manifestantes y fuerzas de seguridad del régimen y entre chavistas y antichavistas. Habrá que monitorear entonces dos temas centrales: a) si ese respaldo militar a Guaidó crece o si es contenido por las fuerzas que se mantienen apoyando a Maduro y b) el factor internacional: tanto los movimientos de Washington y sus aliados, como los de aquellas naciones que respaldan a Maduro, especialmente Cuba y Rusia que le están ayudando incluso militarmente.
(Estas notas son escritas durante el desarrollo de los eventos en Venezuela. Los sucesos se mantienen evolucionando. En próximos días estaremos analizando el tema más a fondo).
Twitter: @maurimm