El jueves pasado en el Senado de la República la senadora Olga Sánchez Cordero , del Grupo Parlamentario de Morena , presentó una iniciativa relativa a la legalización de la marihuana o "cannabis" para uso lúdico en nuestro país.
El argumento principal que utilizó la ex ministra fue que con esta medida se buscaba combatir la inseguridad , señalando que nuestro país lleva 12 años en una guerra contra las drogas con un saldo de 240 mil ejecuciones, más de 35 mil desaparecidos y miles de personas que han tenido que dejar su lugar de origen para buscar espacios más seguros y una vida más digna.
Estos números, desgraciadamente, son reales, pero desde mi punto de vista no necesariamente se dan por la penalización de la marihuana, sino por diversas circunstancias, entre ellas un Estado de derecho muy débil debido a que tenemos instituciones muy frágiles , lo que hace que entre otras cosas estemos viviendo uno de los momentos más desafiantes en materia de seguridad desde la época de la Revolución .
Sin lugar a dudas, esta iniciativa es parte de una estrategia de seguridad que, a mi parecer, está empezando con el pie izquierdo . En una mesa de debate en una estación de radio, una diputada del mismo grupo parlamentario de la ex ministra decía que en nuestro país el 8% de la población ha ingerido algún tipo de droga y su argumento era que en Estados Unidos , Canadá y Holanda , inclusive en Uruguay , ya habían aprobado la marihuana para fines recreativos, por lo tanto en México deberíamos seguir ese buen ejemplo. Este argumento, me recuerda lo que decía mi madre que en paz descanse: “de la moda lo que te acomoda" y es que en verdad tenemos que analizarlo de forma muy técnica y objetiva.
Primero, se tiene que definir si la ley de la legalización de dicha droga tiene el espíritu de contener la inseguridad o un propósito comercial o recaudatorio o simplemente responde a que el nuevo gobierno prometió un cambio y en el mundo es lo que se está usando.
Segundo, ¿cómo se va a comercializar? Ya sea a través de concesión , permisos individuales o cooperativas , hay que destacar que en cualquiera de los supuestos, no podemos pensar que sólo con eso ya no habría mercado negro ni locales clandestinos, como de hecho sí ocurre con la venta de alcohol.
Y tercero, en el tema de salud pública se deben de tomar en cuenta los dos lados de la moneda: por una parte, al momento de legalizar la droga se prevé que se disparará el consumo de la cannabis y, como consecuencia, se tiene que revisar si se cuenta con la estructura de salud pública, el presupuesto para atender a posibles nuevos adictos y lo que sería más importante, una adecuada cultura de prevención que alerte a la població n, sobre todo a los jóvenes, de los posibles riesgos y consecuencias del consumo.
No tengo la menor duda que esta ley va a pasar y la marihuana va a ser legal , y será así simple y sencillamente porque lo está proponiendo el partido que tiene la mayoría en las dos cámaras y que podrá tener los votos necesarios para aprobarla. Lo que no significa que cuenten con la razón, ni los argumentos que justifiquen un trámite "fast track" de esa ley.
Vaya desde aquí un exhorto a los legisladores de todos los grupos políticos para que se tome en cuenta toda la información necesaria y que sea una decisión técnica y objetiva y no de oportunismo político .
La buena: no hay.
La mala: no saben lo que están haciendo.
La peor: va a pasar.