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Quizás se tiene la impresión de que la política exterior mexicana que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha instruido de apegarnos a los principios de neutralidad política y no intervención, implican una actitud pasiva e indiferente ante lo que ocurre fuera de nuestras fronteras, pero no es así.
El presidente y el canciller Marcelo Ebrard han referido en múltiples ocasiones que la política exterior de México se atiene a los principios constitucionales de “autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de controversias, la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, la cooperación para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales”.
La globalización, la densidad temática y la complejidad en las que hoy se desarrollan las relaciones internacionales, han hecho pensar a muchos que nuestros códigos son anacrónicos, o peor aún, que conducen a México a la parálisis, o peor aún, a la omisión. Estamos muy lejos de eso.
México despliega una importante activismo en los foros multilaterales internacionales a través de una agenda de avanzada desde la defensa de los derechos humanos hasta la protección del medio ambiente.
En el 40º Periodo ordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que se realizó en Ginebra, México mantuvo una posición firme a favor de las resoluciones que velan por la defensa de los derechos humanos a nivel global, siendo muchas veces impulsores o copatrocinadores de relevantes iniciativas que consolidan nuestro liderazgo global.
Desde la perspectiva multilateral, nuestro país no es indiferente a la situación que enfrentan comunidades y grupos vulnerables cuyos derechos humanos fundamentales no están siendo respetados. México es un país que apoya a toda costa a la solución pacífica de controversias a través de una visión de diálogo, respeto y no intervención en cualquier región del mundo.
Muestra de ello fueron las votaciones de México a favor del Informe de la Alta Comisionada, Michelle Bachelet, sobre la situación de derechos humanos en Venezuela. También, el apoyo a resoluciones para revisar la situación de los derechos humanos en Nicaragua, y el caso de poblaciones que viven en territorios ocupados en la franja de Gaza. Además, en un ejercicio autocrítico, México adoptó, en un hecho sin precedentes, 262 recomendaciones del informe final del Examen Periódico Universal que buscan mejorar la situación de derechos humanos en nuestro propio país.
Por otro lado, con una visión consistente en favor de los derechos irrenunciables de las mujeres, México participó en el 63 período de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), en donde insistimos en la obligación de los Estados de garantizar todos los derechos humanos para todas las mujeres, incluyendo a las que viven en zonas rurales, y se mantuvo un rol activo y firme para lograr la plena igualdad y garantizar el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
Nuestros principios constitucionales también incluyen la defensa global de derechos y valores universales, y son los foros multilaterales donde México es enérgico en su defensa. Nuestra voz pacifista será fundamental para abonar el régimen internacional de derechos humanos.
Subsecretaria de Asuntos Multilaterales
y Derechos Humanos, Secretaría
de Relaciones Exteriores