El pasado 1º de marzo, en el marco de la celebración del Día Nacional de la Oratoria, se hizo entrega de la “Medalla Félix Fulgencio Palavicini 2019”, que junto con la distinguida Señora Licenciada María Asunción Aramburuzabala Larregui, tuve el honor de recibir.
La Medalla Félix Fulgencio Palavicini es el máximo galardón, que otorga EL UNIVERSAL y la Fundación Ealy Ortiz A.C. a mujeres, hombres, instituciones y ciudadanos ejemplares, quienes a través de su quehacer en el ámbito de la cultura, el arte, la ciencia y la vida pública, han contribuido con su ejemplo y trayectoria, al engrandecimiento de los valores humanos, al bienestar de su comunidad y en especial a la juventud oradora de habla hispana.
Han sido galardonados con esta presea, muy destacados mexicanos: Enrique Soto Izquierdo; Celso Humberto Delgado Ramírez; Porfirio Muñoz Ledo, José Narro Robles; Lic. Genaro Vásquez Colmenares, Raúl Carrancá y Rivas, Jorge Serrano Elías, Alicia Pérez Salazar, Jorge Olvera García y Carlos García Méndez.
El galardón lleva el nombre de un mexicano excepcional, que desde distintas trincheras contribuyó a delinear nuestra nación.
Periodista, político y escritor, Félix Palavicini impulsó de manera decidida la convocatoria al Constituyente de 1917, convencido de que la simple modificación de la Constitución de 1857 era insuficiente para dar cabida a los ideales emanados de la lucha revolucionaria, y que era necesaria una nueva Ley Fundamental en la que se recogieran.
Dueño de muy vasta cultura, el don de una elocuencia sin par y de una extraordinaria pluma, nos legó el testimonio de su pensamiento, convicciones y batallas a través de grandes obras, entre las que destacan Mi vida revolucionaria y La Historia de la Constitución de 1917.
Obras de gran valor histórico que documentan fielmente, desde la óptica de quien fue protagonista, momentos relevantes de la historia.
De especial manera, en la segunda, considerada por juristas e historiadores como su obra más importante y trascendente, con el mérito de contener extensa información, completa y de primera mano, sobre los debates y trabajos del Constituyente de 1917, del que fuera integrante, destacando no sólo por el número de sus participaciones a lo largo de los debates, sino por la relevancia de sus intervenciones, entre otras respecto de los artículos 3º, 27 y 123.
A estos trabajos, que ni con mucho agotan los que la pluma de Palavicini nos obsequió, debo mencionar la publicación, en 1932, de su libro Miga, para muchos, uno de sus mejores trabajos, en el que recopila lo esencial de su pensamiento, precisamente al cumplir 50 años de edad, en plena madurez y con la claridad de una existencia dedicada por completo a conservar y defender sus principios y valores.
Fundador además de esta casa editorial, de la cual fue director y propietario.
Es un honor recibir la presea con la que se le rinde justo homenaje a Félix Palavicini, no sólo porque con ella se reconoce mi labor en la Judicatura, sino por la identificación con los valores a los que sirvió, y por la pasión y convicción con los que se dio a la tarea de dar vida a la que hoy es la Ley Fundamental de la Nación.
Mi reconocimiento y felicitación a la señora licenciada María Asunción Aramburuzabala, una mujer profundamente comprometida con su país y con su gente; promotora de la educación, convencida que ésta es la mejor vía para abrir nuevas oportunidades a nuestros jóvenes y alcanzar el progreso de México.
Mi gratitud al Consejo de Administración de EL UNIVERSAL, El Gran Diario de México, y al Consejo Asesor de la Fundación Ealy Ortiz, A.C., por el privilegio de este galardón.
Así también mi reconocimiento al señor licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, pues fue gracias a su iniciativa que el Congreso de la Unión, mediante Decreto del 23 de abril de 2015, instituyó el Día Nacional de la Oratoria, en el ánimo de fomentar entre nuestros jóvenes la formación de auténticos líderes, hombres y mujeres que defiendan con el instrumento de la palabra el respeto a los derechos fundamentales, a las instituciones, a los valores y principios que propician la vida democrática de la Nación. Son estos jóvenes los que habrán de tomar la estafeta en la conducción del destino de nuestro país.
Ministra de la SCJN en retiro.
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