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La semana pasada la calificadora Fitch Ratings bajó las calificaciones soberanas de México de BBB+ a BBB, y revisó la perspectiva de estable a negativa. Lo anterior, nos dice la calificadora, obedece a una combinación de factores que elevan el riesgo para las finanzas públicas de nuestro país a causa del deterioro del perfil crediticio de Pemex; la continua debilidad de la perspectiva macroeconómica, agravada por las amenazas externas provocadas por la tensión comercial y política en la relación México-EU; finalmente la incertidumbre que generan ciertas políticas públicas del nuevo gobierno.
¿Por qué la situación económica del gobierno federal empieza a afectarse por la crisis financiera de Pemex? Se trata de una empresa productiva del Estado, esto quiere decir que es una empresa, con activos, pasivos y capital, que debe producir utilidades y que su dueño es el gobierno federal. Pemex debe muchísimo dinero, su deuda asciende a más de 105 mil millones de dólares, posicionándola como la petrolera más endeudada del mundo.
La relación de deuda a activos totales que tiene Pemex es casi de 1:1, es decir que por cada peso que tiene, debe 1 peso de pasivo, lo que significa que lo que tiene lo debe todo y prácticamente se encuentra descapitalizada, y de continuar así se encontrará en quiebra técnica. Además de su deuda, la empresa arrastra una caída en su nivel de producción de petróleo crudo, su principal línea de negocio; en los dos últimos sexenios la producción de crudo ha caído drásticamente. En 2006 la producción era de 3.25 millones de barriles diarios; en 2012 fue de 2.54 mbd, es decir un 22 % menos. En 2018 la producción alcanzó la escasa cantidad de 1.8 millones de barriles por día, y en lo que va de 2019, 1.67 mbd con tendencia a seguir cayendo.
El impacto de esa drástica caída de 49% en la producción de crudo en los últimos 2 sexenios ha sido mitigado por una recuperación en los precios de los 2 últimos años. Las ventas de la exportación de crudo en 2014 fueron de 35 mil mdd y estas se cayeron un 55% en 2016, alcanzando la cifra de 15.5 mil mdd y tocaron fondo; en 2018 las exportaciones de crudo fueron de 26.5 mil mdd, recuperación dada solo por el aumento de precios ya que la producción siguió cayendo.
Es esta baja de la producción de crudo lo que preocupa a las calificadoras y a otros organismos internacionales como la OCDE, que han señalado que de continuar esta tendencia, las finanzas de Pemex afectarán las del gobierno y esto a la economía nacional.
Ante esta realidad es necesario que el gobierno, el dueño de Pemex, tenga claridad en las prioridades de inversión y en la política de “ordeña” del dueño a la petrolera. Quitarle carga fiscal a Pemex obligará inmediatamente al gobierno mexicano a implementar una reforma fiscal que permita incrementar la recaudación, ampliar la base de contribuyentes, hacer la recaudación más justa y progresiva, bajar las tasas impositivas y combatir la evasión fiscal; además de fortalecer otros impuestos en el ámbito estatal y municipal. Si la reforma fiscal ha de ser integral, deberá establecer nuevas prioridades del gasto, entendiendo que salud, educación y pensiones son gasto social, y no solo regalar dinero indiscriminadamente con criterios populistas y clientelares.
El presidente López Obrador debe salir de la negación, reconocer la realidad, y comunicársela al pueblo hablándole con la verdad. Sacar a este país adelante del nivel de rezago, deuda y corrupción en que lo entregaron los “prianistas” en los últimos 18 años, nos va a costar “sangre, sudor y lágrimas”.
El presidente López deberá entender que no podrá cumplir muchas de sus promesas de campaña, so pena de agravar la situación económica de todos los mexicanos. Como ejemplo inmediato, está la refinería de Dos Bocas ya que no es el momento de aferrarse a esta inversión, cuando la realidad le exige invertir en exploración y extracción de crudo. Su terquedad ya le ha costado al país la degradación de la calificación de la deuda soberana.
A AMLO le funcionó mentirle al pueblo en la campaña, por lo que ganó con amplio margen de votos. Hoy es necesario que le hable al pueblo con la verdad, no hacerlo le robará al pueblo la esperanza, porque la terca realidad terminará imponiéndose.
Ingeniero industrial y empresario