Qué a gusto es opinar desde la academia, atrás de un escritorio en la Ciudad de México, cuando no se ha vivido la represión del poder. Solo así se entienden los comentarios de Ricardo Raphael al señalar que “…cuando Tatiana Clouthier refiere que Bartlett no era la mejor opción… su cabeza se encuentra en 1988 y no en 2018. ¿Cómo explicar que, treinta años después, la familia Clouthier mantenga tanto rencor contra Bartlett?”.
Es claro que algunos opinólogos no entendieron el resultado de la pasada elección federal; los mexicanos no votaron con rencor, su voto fue una decisión clara de repudio al abuso del poder representado por el PRI, incluyendo el rechazo a la corrupción. Manuel Bartlett fue el secretario de gobernación todo el sexenio del pusilánime de Miguel de la Madrid (1982-1988) y fue el hombre “fuerte” de ese gobierno (léase autoritario).
Desde el comienzo de esa administración en 1983 cuando la inflación anualizada alcanzaba niveles arriba del 100% se realizaron elecciones municipales en muchos estados de la República y la gente se manifestó con un voto de castigo al PRI por la grave crisis económica que se padecía. Tales fueron los casos de Culiacán, Mazatlán y Ahome en Sinaloa, donde se realizaron fraudes electorales contra mi tío Jorge del Rincón y Humberto Rice, entre otros. Así da cuenta Maquio en sendos artículos que publicó en los ochenta en EL UNIVERSAL.
El 9 de noviembre de 1983 su artículo se titula Sinaloa elecciones. El 17 de noviembre escribe otro titulado Aun no empezamos a luchar. En este artículo de marras nos dice: “Desilusión y desencanto; frustración y asco son las palabras que vienen a mi mente después de haber presenciado el proceso electoral en mi tierra Culiacán… ahora comprendo porque hace 20 días que me entrevisté con el licenciado Manuel Bartlett, secretario de Gobernación, me llamó líder impoluto y limpio; y es que pronto se desataría una campaña tratando de enlodar mi nombre… se me ha atacado desde traidor a la patria por el partido Laboral Mexicano, pagado por Gobernación y el PRI, hasta de maniaco sexual… mi pecado… manifestarme políticamente a favor del PAN… así se hace política en México”, concluye Maquio.
En agosto 31 de 1985 escribe nuevamente Otra vez la represión, y en julio 18 de 1986 su artículo se titula Otra vez estoy invadido, en referencia a su rancho agrícola; en agosto 21 del mismo año publica La represión como arma política. Y en febrero de 1987 en su artículo El precio de ser candidato de oposición, nos dice: “Medité mucho antes de escribir sobre el tema de la represión que he padecido, por temor a que otros… lleguen a las conclusiones de que es mejor no disentir con las autoridades… para no verse… en los problemas en que me he visto por haber tenido la audacia y la osadía de ser candidato a la gubernatura del estado de Sinaloa”.
El 3 de octubre de 1988 cuestiona a Miguel de la Madrid en su artículo titulado ¿En dónde quedó la renovación moral?, “…por supuesto que no le podría reprochar el estar entregando el país dividido porque usted los va entregar con la inmensa mayoría de mexicanos unificados en contra del sistema y del PRI. Lo anterior lo demuestran hasta las amañadas cifras oficiales que su secretario de gobernación produjo… su sexenio pasará a la historia como aquel donde cuantitativa y cualitativamente se hicieron los mayores fraudes electorales… soy ciudadano de este país, al que amo entrañablemente, y tengo no solo el derecho sino la obligación de señalar los errores de aquellos que conducen la vida política de la nación. Precisamente en esto se finca la democracia”, concluye Maquio.
Así pues, como ven, Bartlett es un represor de disidentes, un mapache electoral de larga experiencia y pesan sobre él los asesinatos políticos de ese sexenio. ¡No me lo den por bueno!
Diputado federal independiente.
@ ClouthierManuel