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Ha transcurrido poco más de las 2/3 partes de la campaña a senador de la que soy candidato independiente en mi estado, Sinaloa. Con esto hemos acumulado más de los 5 meses en la calle, incluyendo el proceso de recabado de firmas, donde hemos tenido contacto directo con la gente.
“A la gente hay que verla de frente, ni para arriba ni para abajo”, nos enseñó Maquio, mi padre.
La clase política mexicana, llena de privilegios, quiso que la vieran para arriba y se acostumbró a ver al pueblo para abajo.
El PRI-gobierno, con su regreso a la Presidencia de la República, se llenó de gente soberbia, corrupta, abusona del poder y cínica que le dio la espalda al pueblo.
Esto ha generado un clamor general que grita a diario en la calle: “Ya basta, ya basta de tanto abuso del poder, ya basta de tanto ejercicio patrimonial del poder y de creerse dueños de país”.
En esta campaña de 2018 no sólo tenemos a una sociedad indignada como la tuvimos en 2015, hoy los ciudadanos están indignados y decididos. La gente está decidida a que al PRI lo tenemos que correr, en esto hay consenso en la calle.
Incluso en Sinaloa, un estado históricamente priísta, la gente está decidida a correrlos. Este es el precio que pagará el partido gobernante por llenarse de soberbia a su regreso al poder federal en 2012.
Cómo no recordar la portada de la revista Time en febrero de 2014, con la foto de Peña Nieto y la frase “Salvando a México”. Hoy vemos que el gobierno del “reformador” Enrique Peña Nieto ha sido un total fracaso que pagará por su soberbia en la próxima elección.
Así vemos a la población, a los sectores productivos, a los servicios públicos, etcétera. En el total abandono, mientras somos testigos de la voracidad insaciable e impune de nuestras autoridades, sean éstas federales, estatales o municipales.
El 1ro de septiembre de 2016, al iniciar el segundo año de la 63 Legislatura, dije en tribuna:
“México padece una severa crisis política, económica y social y son muchas las advertencias que la soberbia gubernamental ha desoído:
1. Déficit público y su correspondiente deuda pública.
2. Alta dependencia de los ingresos petroleros
3. Pésima calidad del gasto público, tanto en el “qué” como en el “cómo”.
4. La crisis política y de gobernabilidad.
5. La crisis de credibilidad en las instituciones y en el Presidente mismo.
6. La brecha de la desigualdad.
7. El abuso impune de los gobernadores de los estados.
8. La represión contra la libertad de expresión, medios de comunicación y periodistas.
9. La violencia y el dominio territorial del crimen organizado ante la ausencia y en muchísimos casos la complicidad del Estado.
10. Y la espeluznante corrupción en el gobierno federal y en los gobiernos estatales.
Sin embargo, los indicios y señales fueron recibidas con desdén por la clase gobernante y en su pecado de soberbia llevan hoy la penitencia.
Esto se los dijimos hace más de año y medio, y no les importó. No hicieron nada para cambiar el rumbo. Estaban llenos de soberbia. Hoy se van a tener que ir, los mexicanos los vamos a correr con nuestro voto, y espero que el PRI y toda la partidocracia aprendan la lección:
El pueblo es el que manda y los gobernantes son empleados. Y también espero que el pueblo haya aprendido la lección: No debemos concentrar todo el poder en una sola persona, necesitamos un Congreso vigilante del Poder Ejecutivo.
Candidato independiente a senador.
@ ClouthierManuel