En enero de 1995 los socios del periódico Noroeste en Sinaloa me pidieron tomar la dirección general a raíz del error de diciembre de 1994 del gobierno zedillista.” Si no toma la dirección alguien que le duela, nos va cargar la chin….”; dijo don Enrique Murillo, socio fundador.

Las ventas de publicidad, principal ingreso de un periódico, se cayeron un 50% en el primer semestre del año. La deuda nos creció, porque parte era en dólares, por la devaluación del peso. El servicio de la deuda creció con el aumento de tasas de interés más de 300% en el primer trimestre del 95; íbamos derecho a la quiebra.

Contraté un asesor regiomontano que nos ayudó a encontrar viabilidad del proyecto, a reestructurar la deuda y a capitalizar la empresa. En ese periodo tuve que despedir mucho del personal y reducir gastos estableciendo medidas draconianas de austeridad y buscar por todos los medios un flujo positivo de operación que entonces era negativo.

El grupo de socios fundadores en esos momentos de crisis nacional no podíamos capitalizar la empresa periodística con recursos propios por lo que tuvimos que recurrir a nuevos socios que inyectaron capital para salvar el negocio.

Narro esta anécdota empresarial porque hoy Pemex, la principal empresa productiva del Estado mexicano, padece una severa crisis operativa y financiera. El gobierno federal, su dueño, ha tomado medidas que buscan resolver algunos de los principales problemas operativos de la petrolera tales como implementar austeridad en los gastos, combatir la corrupción y el robo de combustible. Estas medidas buscan mejorar los resultados operativos, pero esto no es suficiente, el gobierno debe atender también el problema en la estructura financiera, es decir debe capitalizar la empresa.

Los problemas de operación en una empresa se arreglan en la operación e inciden en el estado de resultados. Los problemas de estructura financiera se arreglan en la estructura e inciden en el balance. El vaso comunicante entre ambos estados financieros son las utilidades netas.

Pemex debe atender sus problemas de estructura financiera, no solo los de operación. Esto es lo que están diciendo las calificadoras, tales como Fitch Ratings y Standard and Poors. Le señalan que su deuda asciende a más de 104mil millones de dólares (Mdd). También observan que su producción petrolera va a la baja en detrimento de los ingresos por exportación de crudo. Le observan que su flujo ha sido negativo al menos en los últimos 5 años (desde 2014) y le critican la baja inversión para restablecer la plataforma de producción y las reservas probadas. Igualmente las calificadoras destacan la estrecha relación de codependencia entre las finanzas de Pemex y las finanzas de gobierno federal. Recordemos que los ingresos petroleros han llegado a representar hasta el 35 % del presupuesto anual del gobierno federal.

Lo anterior me trae a la memoria a Bill Clinton cuando le dijo a George Bush Sr.: “Es la economía” el problema central de EU. Hoy las calificadoras le dicen al presidente López Obrador “Es la economía”. Urge entender la gravedad del problema de Pemex y atenderlo en su verdadera dimensión; si Pemex se complica, arrastrará las finanzas del gobierno y este impactará la economía el país.

Pemex como cualquier empresa tiene 3 fuentes de capital para sanar su situación financiera: capital propio, capital ajeno y las utilidades.

Capital propio significa que el gobierno le inyecte capital fresco. El problema con esto es que el gobierno no tiene recursos, e históricamente le ha sacado dinero a la paraestatal, en lugar de aportarle capital. Capital ajeno significa deuda o capital de terceros. Deuda ya no aguanta más, por lo que la opción del gobierno es recurrir a capital privado; esto no es opcional ni ideológico, es aritmética simple.

Y en el rubro de las utilidades tendrán incidencia positiva las medidas que está tomando el gobierno de AMLO, pero dos acciones son urgentes: incrementar la producción y exportación de crudo para mejorar los ingresos, y que el gobierno deje de ordeñar a la petrolera en la magnitud en que lo ha venido haciendo para que así las utilidades retenidas se conviertan en parte del capital de la empresa.

Muy complicado el escenario económico que enfrenta el debutante gobierno federal, aunado a la reducción de expectativas de crecimiento del PIB para este año y la incertidumbre para los venideros. Ojalá que AMLO entienda que es la ECONOMÍA…el cimiento de la transformación.


Ingeniero industrial y empresario

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