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La semana próxima es emblemática en la historia electoral moderna de nuestro país. Del primero al 7 de julio se han realizado todas las elecciones presidenciales desde 1988 a 2018, con excepción de las de 1994, el 21 agosto.
El primero de julio será el aniversario del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, y también se recuerda el regreso del PRI al poder con el triunfo de Enrique Peña Nieto en 2012. El dos de julio trae a la memoria las elecciones del año 2000, siendo esta la primera vez que el PRI resultó derrotado oficialmente y fue electo Vicente Fox. También el 2 de julio recordamos la controvertida elección de 2006, donde “Haiga sido como haiga sido” resultó electo el panista Felipe Calderón bajo la sospecha de fraude electoral.
El próximo 6 de julio conmemoramos los 31 años de la histórica elección de 1988, donde contendieron Carlos Salinas (PRI), Cuauhtémoc Cárdenas (FDN) y Manuel Clouthier (PAN), y que se caracterizó por un gran fraude electoral. Esta elección presidencial había estado precedida por un contexto de la escandalosa corrupción en el sexenio de José López Portillo, las crisis económicas de 1982/83, y las de 1986/87; el despertar cívico de la población y los fraudes electorales al PAN en 1983 y 1986; y la fractura interna del PRI con la corriente democrática que dio origen al frente democrático nacional (FDN). Además había un gran descontento social y un divorcio de la clase política con el pueblo como lo señaló Carlos Loret de Mola en su libro Que la Nación me lo demande (1985).
La elección de 1988 se desarrolló en un México de 80 millones de habitantes, un padrón de 38 millones de ciudadanos inscritos y votó oficialmente 19.8 millones dando un 52% de participación. Los resultados oficiales después de la famosa caída del sistema el día de la elección dieron ganador a Carlos Salinas de Gortari con 9,687 millones de votos que representan un 50.36% del total de sufragios. Cuauhtémoc Cárdenas obtuvo en el conteo oficial 31.12% de los votos, mientras que Manuel Clouthier el 17.07%. El proceso se realizó bajo la dirección de la Secretaría de Gobernación que presidía Manuel Bartlett.
Un análisis matemático y exhaustivo de los datos electorales oficiales arrojó que de acuerdo a la correlación Pearson (método estadístico) una elección como la reportada en los números oficiales en 1988 ocurriría al azar solamente una de cada 100 mil elecciones, dejando en evidencia la existencia de un megafraude. El mismo estudio daba resultados concluyentes: Carlos Salinas había obtenido solo el 35% de los votos, Cuauhtémoc Cárdenas el 32% y Manuel Clouthier el 29%.
El académico jesuita Juan Auping Birch, quien fuera rector de la Universidad Iberoamericana, nos dice: “En el estudio estadístico yo comprobé un fraude masivo en las elecciones de julio de 1988. Usé los métodos matemáticos de la curva normal y de la correlación Pearson que representan un detector de mentiras infalible. El fraude dejó intacta la votación de Cuauhtémoc Cárdenas, restó votos a Manuel Clouthier para dárselos a Carlos Salinas. Dados los márgenes de error del estudio, cualquiera de los 3 contendientes pudiera haber ganado las elecciones presidenciales”, concluye Auping.
Queda en evidencia que desde 1988 el PRI dejó de ser el partido de las mayorías, y que casi 2/3 partes del electorado votó en contra del otrora invencible partido oficial. La elección del primero de julio de 2018 se desarrolló en un México de 123 millones de habitantes y un padrón electoral de 90 millones, de los cuales votaron 56 millones; es decir una participación de 63%. Ganó López Obrador arrolladoramente con el 53% de los votos emitidos, convirtiéndose así en el primer presidente de México surgido de un partido de izquierda, y dejando en claro nuevamente el rechazo al PRI, que solo obtuvo el 16.40% de los votos; es decir más del 80% del electorado votó en contra de los excesos priistas.
El pasado primero de julio, más del 90%del electorado sinaloense votó contra mi proyecto y me retiró de la política electoral. Lo más grave aún es que a lo largo de este año al saludar gente en la calle, me dice: “No te creo que te hayas retirado”. Yo les digo. ¡Créanlo!
Ingeniero industrial y empresario