A José Ángel Gurría T.
El llamado Plan Nacional de Desarrollo 2019-2014 pone en evidencia que la Cuarta Transformación no pasa de ser un proyecto virtual, que poco tiene que ver con la realidad del quehacer gubernamental de quienes la inventaron. Algunos ejemplos.
“Erradicar la corrupción del sector público es uno de los objetivos centrales del sexenio en curso ……la corrupción fue denominada licitación o adjudicación directa”. En lo que va de la actual administración, el 70% de los contratos del gobierno federal han sido por adjudicación directa. Es el caso de las pipas de gasolina, los libros de texto, Dos Bocas y el Tren Maya.
“El gobierno federal respetará los contratos suscritos por administraciones anteriores, salvo que se comprobara que fueron obtenidos mediante prácticas corruptas, en cuyo caso se denunciarán ante las instancias correspondientes”. El NAIM se canceló incluso antes del inicio de la administración. Los contratos jamás pasaron por un dictamen judicial. Mismo ha sido el caso de proveedores de la industria farmacéutica y del sector energético.
“No se tolerarán las faltas de observancia a las leyes y reglamentos por parte de funcionarios y empleados públicos”. En memorándum escrito el presidente instruyó en abril a tres secretarios de estado desconocer los efectos de la Ley de Educación de 2013. Y amenazó tomar la misma vía si no se aprueba la Ley de Remuneraciones. El cumplimiento de la ley no obliga ni al presidente ni a sus colaboradores.
“Las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García iniciaron sus actividades en marzo de 2019 con 100 planteles en 31 entidades”. Un querido amigo que vive en Tepoztlán, Morelos, dedicado al cultivo de fresas y zarzamoras, se encontró con una enorme lona en la presidencia municipal: “La Universidad Benito Juárez ofrece la carrera de ingeniero agroalimentario. Inscríbete en la presidencia municipal”. Entusiasmado fue a la presidencia municipal. Se inscribió para el periodo abril-agosto. A la pregunta sobre el programa, cuándo y dónde iniciarían los cursos, el dependiente le confesó que aún no existía el plantel. Que siguiera el proceso por internet. A los pocos días abrió la página de internet y se encontró la siguiente leyenda “Por exceso de demanda se han cerrado ya las inscripciones. Espera al próximo ciclo que inicia en agosto”. No hay más información y nadie sabe en dónde está el plantel, los estudiantes y los profesores.
“Sin faltar al principio de no intervención y en pleno respeto a la autodeterminación y la soberanía de las naciones, lo que edifiquemos será inspiración para otros pueblos.” Difícilmente seremos inspiración para otros pueblos cuando el presidente, sin mediar provocación alguna, denostó públicamente a José Angel Gurría, el funcionario internacional más importante que tiene actualmente México, el único secretario general en la historia de la OCDE que ha sido reelecto para un tercer periodo por los 36 países miembros. El bien ganado prestigio de Gurría está en el mundo real, no en el mundo virtual de López Obrador.
“El mayor desastre de este periodo de 36 años fue sin duda la destrucción del contrato social”. Nadie hace más por la deconstrucción del contrato social que quien todos los días llama a la polarización, la descalificación y la estigmatización de quienes no están de acuerdo con él. Resulta contradictorio y muy preocupante que exista un llamado Plan Nacional de Desarrollo que más allá de la viabilidad y mérito de sus propuestas, contrasta cotidianamente con la actuación del gobierno que lo escribió.
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