La diferencia entre el avance asiático y el de nuestro país nos permite dibujar algunas características del tipo de gobierno, de los gobernantes y acciones que requerimos.
Un estudio del Centennial Group hace una comparación entre los países del este de Asia, los latinoamericanos y México. ¿Por qué han sido mucho más dinámicas esas economías? ¿Cómo se comparan con México? ¿Qué factores les permiten ese desarrollo?
1. Los líderes políticos en Asia están mucho más enfocados en los temas económicos y menos en temas políticos o ideológicos. Gran contraste con nosotros. 2. La gran mayoría de los países asiáticos, incluyendo India y China, incrementaron su productividad, que se estancó en México y en Brasil. 3. El ahorro y la inversión tiene tasas mucho más altas en Asia. 4. En los asiáticos se ha puesto un mucho mayor énfasis en el desarrollo humano, incentivando especialmente el mérito y la educación. 5. La inversión en infraestructura, pública y privada ha sido muy alta en el este de Asia. Nuestro país está en el extremo de inversión pública baja y que, además, continúa cayendo. 6. En Asia se tiene un mercado financiero mucho más profundo, tanto en el sector bancario como en instituciones no bancarias. 7. Las economías del este asiático pasaron de niveles de ingreso bajos a medios e incluso altos y la distribución del ingreso y otros indicadores sociales no sólo no empeoraron, sino incluso mejoraron. En México nuestros indicadores no muestran ningún avance significativo y tenemos un índice de desigualdad de los más graves en el mundo. 8. La estructura productiva cambió radicalmente en los países del este asiático. Ahora agregan y crean valor, sobre todo en manufacturas. En la gran mayoría de los países de Latinoamérica seguimos apoyándonos en venta de commodities y la producción industrial y de manufacturas, como proporción del PIB es muy baja, incluso en México.
En el caso de México tenemos menos de la tercera o quinta parte de lo que se invierte en investigación en el este asiático, no sólo como proporción del PIB, sino en términos absolutos. Tenemos un sistema de regulación discrecional, que impide llevar a cabo una actividad económica más dinámica, es fuente de corrupción y de alianzas políticas. Aún tenemos márgenes de utilidades excesivos en muchos sectores, por la falta de competencia o de regulación correcta, lo que concentra el ingreso e impide mejores niveles de vida. El sistema federal de participaciones, que se ejercen sin un plan de desarrollo, sin supervisión, sin transparencia ni rendición de cuentas, es una grave realidad de despilfarro y desvío de recursos. Requerimos revisar las reglas del federalismo.
Por supuesto hay una ausencia casi absoluta de Estado de Derecho. La incertidumbre jurídica afecta toda la vida económica del país. La corrupción es la regla de juego más importante y la impunidad absoluta cobija al crimen.
Requerimos un plan de gobierno, y acciones para lograr un gobierno moderno, eficiente, eficaz, competitivo. No hay tiempo que perder, no podemos continuar en este impasse. Los tres poderes requieren una gran modernización.
México requiere un gobernante con visión, con estrategia, acciones para enfrentar los retos mundiales y nuestras carencias. Que tenga lucidez para diseñar y ejecutar los cambios. Con la humildad para investigar y encontrar las mejores prácticas. Requerimos mentes modernas que entiendan que el Estado no es un objeto de cartón, ni un conjunto de frases, sino un entramado de relaciones que requieren modernización y honestidad. Requerimos un Poder Legislativo independiente que no vea en su estancia un peldaño y cuyos integrantes no sean cambistas de favores, ni cómplices en la preservación de privilegios. Un Poder Judicial independiente y honesto que se oponga a los excesos del Ejecutivo y tenga el valor y la presencia para preservar el orden y la paz.
¿Qué candidato tiene estas características? ¿Qué partido tiene este proyecto de país?
Director general del CEESP. @foncerrada