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La carrera por la conquista de la banda presidencial se encuentra en último tramo de la competencia. La prueba del domingo pasado no parece haber trastocado significativamente la colocación de los contendientes. Se fortalece el pronóstico de un cierre entre López Obrador y Ricardo Anaya.
El INE informó que según @NielsenIBOPE 12.6 millones de personas vieron el segundo debate. Esto es 1.2 millones o 9.6% más que el primero.
Conocedores en la materia comentan: “en un comparativo con el primer debate presidencial, el segundo debate concentró la mayor parte de las menciones en el HT: #DebateINE con 2.7 millones —cifra alta— en comparación con el primero, que fue mencionado en 480 mil ocasiones. Sin embargo, las menciones de los candidatos se dispersaron y ninguno tuvo un alcance considerable…” (Alonso Cedeño, Laboratorio de redes, EL UNIVERSAL, 22/05).
Por su parte Javier Tejado Dondé observa: “mientras el primer debate acumuló 4.8 millones de reproducciones en Facebook Live, este segundo ejercicio tuvo apenas 2.8 millones. En Youtube se observa un comportamiento similar:..2.7 millones de visualizaciones y, en el segundo, alrededor de un millón… queda claro que el interés de la audiencia en medios digitales fue mucho menor en este segundo debate…” (¿Cómo le fue al segundo debate del INE?, EL UNIVERSAL, 22/05).
Ambos toman nota de varios distractores que rodearon al evento. Es obvio que AMLO no tiene el encanto de Luis Miguel; Anaya no emociona como la final del campeonato de soccer; Meade no tiene magnetismo para que el televidente se desentienda del peligro de un terremoto.
Viene el tercer cotejo: 12 de junio en Mérida. Mientras llega ese día no está por demás poner atención en estas perlas negras:
1.— La alianza anti natura de los neoliberales con los marxistas. Si el lector escucha esta arenga: “el modelo económico neoliberal está sostenido en un mundo desigual, en el que una minoría acapara la riqueza dejando fuera del progreso a la inmensa mayoría…” pensará que lo dice un orador de Morena repitiendo las consignas de su líder sobre la minoría rapaz y mafia del poder.
En este caso no es así, quien lo dice es uno de los aliados de Meade, la organización marxista Antorcha Campesina, a la que el ortodoxo economista del ITAM, ataviado con refulgente chaleco rojo, le pidió el pasado 12 de abril que le ayuden a “frenar “ al de Morena y salvar el NAICM, ya que antorchistas y priístas van de socios en cientos de hectáreas de los terrenos aledaños a la magna obra.
2.— La Guardia Nacional de López Obrador. En su Proyecto de Nación, capítulo “Política y Gobierno” establece la pertinencia de crearla. La propuesta es vaga e imprecisa pero contiene un potencial altamente peligroso.
Es bien sabido que las dictaduras de ayer y los populismos autoritarios de ahora se valen de cuerpos represivos para imponerse mediante el terror. Se presentan como el pueblo defensor de la patria y la revolución. Eso fueron las guardias rojas bolcheviques en la URSS, las camisas negras de Mussolini, la SS nazi, los Halcones de Echeverría.
Son las fuerzas populares bolivarianas de Chávez-Maduro que vemos en los noticieros agrediendo a los ciudadanos que reclaman comida, medicinas y libertad para Venezuela. Son los grupos paramilitares de Ortega en Nicaragua masacrando a los estudiantes contrarios a la nueva dictadura que los oprime y empobrece.
Todas, invariablemente, se establecen en nombre de la defensa del pueblo, la patria y la soberanía nacional. Se convierten en fuerzas armadas paralelas, ejércitos “populares” para aplastar todo aquello que ose disentir de los dictados del caudillo, el Duce, el Führer, o jefe supremo del momento.
Analista político. @L_Fbravomena