Durante la presente administración se han creado 2 millones 699 mil 846 empleos formales permanentes según el IMSS, lo que representa un crecimiento de 19.3% desde noviembre de 2012 hasta septiembre de este año, y es por mucho la cifra más alta de los últimos sexenios. Con este ritmo se espera que en los próximos meses se cumpla la meta del gobierno federal de generar 3 millones de nuevos empleos.

Llama la atención que el crecimiento del empleo registrado sea mayor al crecimiento económico en lo que va del sexenio, casi el doble. Quizás una de las principales razones detrás de esta tendencia es la disminución de la tasa de informalidad, es decir, un número importante de los registros en el IMSS son trabajadores informales que transitaron a la formalidad, lo cual es, sin duda alguna, una muy buena noticia.

Más empleos formales se traducen en mayor recaudación para Hacienda, pero sobre todo en seguridad social y prestaciones para los trabajadores. A su vez, ello indica que el cambio en el modelo de régimen de contribuyentes de la reforma fiscal y la reforma laboral han incentivado la formalidad.

Al analizar las cifras de empleo generado, es posible constatar que el mayor aumento ha sido para las personas con mayor nivel de instrucción. Del cuarto trimestre de 2012 al segundo trimestre de 2017, la población ocupada con educación media superior y superior aumentó 20.6%, en contraste con el 8.9% para los que terminaron secundaria, y una disminución de 3.5% para los que cursaron hasta primaria, según el Inegi. Estas cifras confirman la premisa de que a mayor educación, mayor es la probabilidad de emplearse, y mayores incentivos a la formalidad.

Si observamos los datos de empleo del IMSS por sector de actividad, encontramos que la industria de la transformación ha generado 32.2% de los nuevos empleos, seguido por el sector servicios para empresas, personas y hogar, con 25%, y comercio con el 17.6%.

Por otra parte, el estado que mayor crecimiento de empleos ha generado durante este sexenio, ha sido Querétaro, con 117 mil 049 nuevos empleos, es decir, un crecimiento de 35.8%. No es coincidencia que sea Querétaro, un estado que ha crecido a tasas del más del 5% anual en los últimos 20 años, el que haya aumentado en mayor proporción la generación de empleos. Querétaro ha logrado atraer grandes empresas de industrias como la agroindustria, la automotriz y la aeroespacial, creando un círculo virtuoso al generar empleos de calidad e impulsar el desarrollo de talento especializado y las exportaciones. Las empresas quieren invertir y establecerse en Querétaro porque hay condiciones favorables y capital humano calificado; así como los estudiantes y trabajadores quieren vivir en Querétaro porque hay una oferta sólida de empleos de calidad.


Estas cifras sobre el tipo de empleos que se están generando, en dónde y en qué sectores, debieran contribuir al debate sobre cómo diseñar políticas públicas enfocadas en promover la creación de empleos en los estados, y a establecer e impulsar programas de educación superior alienados a los sectores económicos más dinámicos en cada región.

El caso de Querétaro es un claro ejemplo de que la triple hélice, formada por industria, academia y gobierno ha rendido frutos. Combatir la informalidad, concentrar esfuerzos en impulsar las vocaciones productivas de los estados, alinear la oferta educativa y los planes estatales de desarrollo, mejorar la conexión y coordinación entre las instituciones educativas y la industria, así como refrendar la apertura comercial para atraer inversión, son factores que contribuyen a generar mayor bienestar.

Esta reflexión es particularmente relevante frente a la incertidumbre sobre el futuro del TLCAN. Sea cual sea el resultado de la negociación, México debe redoblar sus esfuerzos con las políticas que ya están demostrando ser exitosas, como en el caso de Querétaro.

Presidente y Director General de Laureate México y UVM

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