He tenido el honor de servir como diplomático en México por más de 3 años. En este tiempo he conocido a su gente, visitado sus Estados, disfrutado de su vasta cultura al tiempo que he trabajado para acercar al Ecuador y México en todos los ámbitos a mi alcance.

He tenido la oportunidad de reunirme con empresarios mexicanos de las principales compañías y gremios del país. En todos ellos he podido constatar su amor por México, su capacidad y emprendimiento. 300 empresas mexicanas se han instalado en el Ecuador las cuales han invertido miles de millones de dólares en mi país. México es ahora el principal inversionista del mundo en el Ecuador. También he podido conocer y apoyar a numerosas empresas ecuatorianas que invierten y crean empleos dignos en México.

Luego de dictar más de 150 conferencias en centros académicos he tenido el privilegio de conocer a miles de estudiantes universitarios y sus profesores. Comparto con ellos el amor por mi patria y les cuento sobre la realidad que vive el Ecuador. En ellos veo la ilusión de quienes están por iniciar su carrera profesional y su preocupación por los cambios tecnológicos que se vienen.

Hemos podido realizar más de 100 eventos artísticos y culturales a lo largo y ancho del territorio mexicano. Esa ha sido una maravillosa forma de mostrar a la población de este gran país el corazón y el alma de nuestro pueblo de la mitad del mundo.

El turismo entre ambas países ha aumentado de manera considerable gracias a la eliminación del requisito de visas para los ecuatorianos que viajan a México y al aumento de la conectividad entre los dos países. He llegado a la conclusión que los turistas que llegan a México por primera vez lo hacen por el atractivo de sus playas, patrimonio arquitectónico y cultura pero que después deciden regresar por la amabilidad y nobleza de su gente. Lo propio sucede con los mexicanos que viajan al Ecuador.

A mi llegada a México también quise dar seguimiento a la matanza de San Fernando, registrada en agosto de 2010 —en la que fallecieron 5 ecuatorianos. Luego de reunirme con las autoridades mexicanas, en especial la CEAV (Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas), el Estado mexicano decidió otorgar compensaciones subsidiarias a 44 ecuatorianos afectados por esa matanza. Aún en los hechos más trágicos hemos podido encontrar una solución que beneficie a los familiares de las víctimas que provienen del Ecuador profundo.

Pude dar fe de la enorme solidaridad y generosidad de nuestros hermanos mexicanos en momentos de crisis. Luego del fuerte terremoto (7.8 Richter) registrado en el Ecuador el 16 de abril de 2016 —en el que fallecieron cerca de 700 personas— el pueblo mexicano y los ecuatorianos que viven en México se volcaron a ayudarnos. A las pocas horas llegaron al Ecuador 3 aviones del gobierno mexicano con más de 120 rescatistas y equipos de rescate. De manera concomitante, la Embajada del Ecuador comenzó a recibir decenas de toneladas de ayuda humanitaria gracias a lo cual pudo enviar 8 aviones con más de 250 toneladas de carga.

Luego de los terremotos de septiembre de 2017 en México, el Ecuador tuvo la oportunidad de retribuir la ayuda recibida, con el envío de más de 30 rescatistas y toneladas de ayuda humanitaria, como lo había hecho también en el terremoto de 1985.

En México nos sentimos en casa. Aunque la estadía de todo diplomático es efímera nuestros recuerdos serán permanentes como permanente será nuestro cariño por la maravilla que es México.

Embajador del Ecuador en México

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