El 13 de febrero de 2017 en el noticiero matutino “Despierta con Loret” dirigido por Carlos Loret de Mola, se trasmitió un reportaje que nos sigue alertando sobre los riesgos de incorporar a miembros de las fuerzas armadas en la recién anunciada Guardia Nacional. Describo, a continuación, parte del trabajo que salió al aire.
En una toma nocturna en Tepic caen desde lo alto y diagonalmente rayos de luz blanca. No se distingue de dónde vienen, pero un reflector flotante dirige su potente haz de luz a una casa en medio de una zona habitacional, rodeada por los postes del alumbrado público. Se escucha la hélice de un helicóptero. La cámara se acerca y aleja y la imagen a veces se vuelve borrosa. Aparecen superpuestas al centro de la pantalla unas letras grandes y blancas con el título “Operación Barcina”.
REPORTERO (narrando fuera de cuadro): “Así se ven y se escuchan 500 balas por segundo disparadas desde uno de los helicópteros artillados de la Marina Armada de México....”
La pantalla se divide y podemos ver dos ángulos de este ataque cuyos disparos recuerdan a los que lanzan las naves de las películas de ciencia ficción. Suena como un martillo hidráulico. Tras las ráfagas se ve un resplandor rojo en el sitio donde cayeron las miles de balas.
REPORTERO: “La escena es parte de la Operación Barcina destinada a capturar a Juan Francisco Patrón Sánchez, alias el H2, integrante del cártel de los Beltrán Leyva”.
El contenido del reportaje es desconcertante porque no solo revela que no se logró la captura del "H2" sino que enaltece lo que podría ser una ejecución extrajudicial por elementos de la Marina. Esto es, una privación de la vida carente de sustento legal; un asesinato cometido por autoridades mientras ejercen sus funciones.
Basado en el comunicado de la Secretaría de Marina (Semar) 023/17 y en los videos que facilitaron a Televisa, los hechos admitidos son un rosario de elementos incriminatorios. Por ejemplo, se describe que el incidente sucede tras un trabajo de “inteligencia” militar. Sin embargo, si esta investigación fuese legal, lo que existiría es la ejecución de una orden de aprehensión y no una acción violenta.
Por otro lado, se afirma que la intervención de la Marina, incluyendo la decisión de rafaguear una casa particular con un helicóptero de artillería, fungió como ejercicio “disuasivo”.
Tercero, el resultado del “enfrentamiento” es un hecho que, por sí solo, debe revisarse: ocho civiles muertos (el 100% de los que se encontraban en la casa intervenida) y cero autoridades lesionadas o muertas.
Como remate, es una tristeza que a nuestras Fuerzas Armadas les haya parecido idóneo su desempeño y lo hayan publicitado en cadena nacional como un logro; que vieran como aceptable que los civiles, culpables o no, debían de ser acribillados.
¿Qué tiene que ver un incidente ocurrido el año pasado con lo que sucede hoy? Todo.
López Obrador, en su momento, cuestionó este operativo. Sin embargo, hoy ha dado luz verde a la intervención de marinos y soldados en tareas de seguridad cotidiana. Quedó anulado su mensaje de “no enfrentar violencia con violencia."
Esta semana, nuestros legisladores federales estarán sujetos a jaloneos políticos en torno a la creación constitucional de la Guardia Nacional. A partir de incidentes como el aquí narrado, lo menos que podemos pedirle al Congreso es una discusión seria que ponga en entredicho un modelo de seguridad que potencia el ataque de civiles fuera del marco de toda ley.
@LaydaNegrete