México está de pie. Después de dos sismos de gran intensidad y a pesar de los enormes daños sobre el país, México ha respondido con entereza. En los últimos días, los mexicanos fuimos golpeados por la tragedia; nos llenamos de dolor por la pérdida de amigos, compañeros y familiares a quienes extrañaremos siempre; por ver reducido nuestro patrimonio y el de nuestros seres queridos. Pero a pesar de la desgracia, México está sobreponiéndose.

Gracias al esfuerzo generoso de millones de mexicanos: empresarios, trabajadores, jóvenes, estudiantes, hombres y mujeres hemos logrado auxiliar a las víctimas y apoyar a los equipos de rescate. Nuestro país demostró que está mejor preparado que antes para enfrentar contingencias y, una vez más, la sociedad mexicana se une a la solidaridad y contribuye a superar la catástrofe.

Desde el sector privado, estamos apoyando a través de una mesa de coordinación para encauzar los apoyos en los sitios con mayor emergencia. Se establecieron canales de comunicación con las autoridades y organizaciones civiles, a fin de atender coordinadamente las necesidades más apremiantes. Hemos creado una red de apoyos regionales a través de los organismos ubicados en los estados más afectados.

Ahora tenemos que redoblar esfuerzos para apoyar también en la etapa de reconstrucción. Hasta ahora hemos atendido la emergencia, pero tenemos que comenzar cuanto antes con las tareas de recuperación. México está de pie y ahora debe caminar hacia adelante. Con ese objetivo, desde el Consejo Coordinador Empresarial constituimos el Fideicomiso Fuerza México con la intención de agrupar los donativos y las aportaciones que realicen las personas, organizaciones y empresas de todo el país para apoyar acciones de reconstrucción.

El sector privado está decidido a contribuir a que los mexicanos recuperemos la tranquilidad y la normalidad. Los activos destruidos necesitan ser reconstruidos y reemplazados. Las empresas y empleos perdidos deben ser reabiertos u otros nuevos deben crearse. Es necesario implementar medidas rápidas y eficaces, tanto para sostener el crecimiento económico y el bienestar general del país, así como para aliviar el sufrimiento de las personas y comunidades afectadas por estos terribles acontecimientos.

El proceso de reconstrucción económica en México debe ser acelerado. Estados como Chiapas, Guerrero y Oaxaca enfrentan enormes carencias sociales incluso sin contar las enormes pérdidas ocasionadas por los sismos pasados. Si la reconstrucción es lenta, el dolor económico y la privación de las familias y las comunidades será más profunda.

La calidad de la recuperación económica también es importante. Ésta debe ser una oportunidad para “reconstruir mejor”, para elevar la calidad de las viviendas, escuelas y hospitales; para que tengan los más altos niveles de seguridad y cumplan rigurosamente con una regulación eficiente pero exigente, que permita reducir el riesgo para la vida y el patrimonio de las personas.

Desde este espacio extendemos nuestro reconocimiento a los más de 20 millones de mexicanos solidarios que extendieron su ayuda. Los jóvenes que tomaron las calles; los trabajadores y sus familias que continúan ayudando; los cientos de empresas que han atendido cualquier llamado. Es increíble y conmovedor lo que podemos lograr si trabajamos juntos. Continuemos así.

Presidente del Consejo Coordinador Empresarial

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