México inicia el 2019 con una economía que mantuvo su crecimiento a pesar de la incertidumbre, generada fundamentalmente por la negociación del Tratado México, Estados Unidos y Canadá. Los mexicanos logramos un nuevo acuerdo comercial, sostuvimos la actividad productiva y concretamos una transición política en la normalidad de la democracia y conservando la estabilidad macroeconómica.

Sin embargo, la mayoría de los analistas coinciden en un pronóstico de desaceleración para 2019. El crecimiento estimado oscila entre 1.9% y 2%, insuficiente para superar los desafíos de pobreza y desigualdad que enfrenta el país. Tenemos que acelerar el paso promoviendo una mayor inversión, pública y privada, nacional y global. Sólo atrayendo más inversión podemos generar más empleo y bienestar para todos. Por eso, necesitamos aprovechar las ventajas que tiene nuestro país y posicionarnos como el mejor destino de inversión en el mundo.

Hoy, somos la decimoprimera economía en el mundo, con un mercado de 130 millones de personas. Tenemos un crecimiento que, aunque no ha sido el deseado, ha sido constante y ha permitido mantener estable la economía. Actualmente tenemos acuerdos comerciales con 52 países que representan un mercado de más de mil millones de consumidores y alrededor de dos terceras partes del PIB mundial. Hemos construido un mercado con competencia y bien regulado que nos hace más competitivos, y contamos con el mayor bono demográfico en nuestra historia, con una edad promedio de 27 años y 93.5 millones de personas en edad laboral.

Pero aprovechar nuestro potencial también exige resolver importantes retos. Debemos mejorar la seguridad y fortalecer el Estado de derecho para dar certeza y promover la actividad económica. Los niveles actuales de violencia son una amenaza para las familias mexicanas y un obstáculo a la actividad productiva. Esta situación nos exige avanzar en la construcción de instituciones que nos permitan establecer un pleno Estado de derecho y recuperar la confianza interpersonal e institucional en el país.

Sólo construyendo un entorno favorable y atractivo para la inversión podemos consolidar una economía en crecimiento, que genere más empleos y mejor remunerados, y nos permita alcanzar un mayor bienestar para las familias mexicanas. Desde el sector privado, vamos a seguir trabajando con la sociedad civil y el gobierno para mejorar las condiciones de México y hacerlo un país con mayor crecimiento y desarrollo.

Y esta tarea de promover a México y atraer inversiones nos corresponde a todos. Los gobiernos tienen la responsabilidad de ofrecer garantías jurídicas a la inversión, de promover mercados competitivos y un ambiente propicio para hacer negocios y facilitar la operación de las empresas. En el sector privado, por nuestra parte, asumimos el compromiso de ser embajadores del talento de nuestros trabajadores y la calidad de nuestros productos en el mundo. Tenemos que demostrar que nuestro país tiene la capacidad de competir en los mercados internacionales más exigentes.

Presidente del Consejo
Coordinador Empresarial. @jpcastanon

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