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Para quienes han comprado la visión maniquea de López Obrador, de que de un lado están él y Morena, y del otro la mafia, sin excepciones o matices de ningún tipo, les costará algo entender lo que está ocurriendo entre el PRI y el PAN (el presunto PRIAN). Por más que sus idearios y programas coincidan en lo esencial, está de por medio la pugna por el poder. Cada uno quiere ganar la Presidencia y no cederla al otro, por más que un objetivo común sea detener a AMLO. Cada uno quiere alcanzar ese propósito ganando la Presidencia para sí, no para el otro. Están en plena contienda por el segundo lugar en la elección para desde ahí competirle a Morena la Presidencia. El pleito entre ambos partidos es pues real, y va escalando. Probablemente el inicio de hostilidades (considerando los triunfos del PAN y derrotas del PRI en 2016), fue la elección de Coahuila. Los trascendidos aseguran que Ricardo Anaya propuso a Enrique Ochoa que el PRI cediera ese estado arrebatado a la mala a cambio de quitar presión sobre el Estado de México. El gobierno rechazó la oferta (y la bancada del PRI en el INE se opuso con todo a que se anulara la elección). Por lo cual Anaya decidió endurecer su posición. Un punto vulnerable para el PRI era, evidentemente, el nombramiento de Raúl Cervantes como Fiscal de la República por nueve años, lo que garantizaría la impunidad del gobierno saliente. Que el PAN hubiera avalado anteriormente el “pase automático” era ahora irrelevante (y desde luego a la ciudadanía en general le importa un comino que el PAN o Anaya sean incongruentes, cuando lo que está en juego es la viabilidad de una nueva justicia y del Sistema Nacional Anticorrupción). Maquiavelo no hubiera recomendado otra cosa. Desde luego, nada garantiza que el nuevo Fiscal no vaya a ser también una ficha de negociación entre partidos, sin gozar de la autonomía requerida.
La información sobre el enriquecimiento presuntamente ilícito de la familia de Anaya (no me consta que lo sea) fue descalificada por el panista y la atribuyó al propio gobierno. De haber sido “fuego amigo” como algunos sugirieron, Ochoa hubiera dejado pasar ese misil. En cambio se montó en él para golpear en lo posible a su rival. Y todo indica que se intentó doblar a Anaya desde dentro del partido mismo (con los senadores calderonistas y vallistas). No se explica de otra forma la designación de Ernesto Cordero en la mesa directiva. Y una de dos, o bien Margarita se percató de que la ratificación de Cervantes con ayuda de sus senadores le sería políticamente muy costosa, o no fue avisada de la jugarreta que llevarían a cabo. El caso es que se echaron para atrás. Y Anaya, con sus aliados frentistas, logró detener la instalación de la mesa directiva como elemento de presión para tirar a Cervantes. Con todo, al PRI al menos logró profundizar la división interna del PAN. Y va por la venganza contra Anaya.
De modo que quienes validan la teoría de que el PRIAN es uno y el mismo ente de la mafia, incluso afirman que el PRI está alentando el Frente Amplio como mejor opción para detener a AMLO. En absoluto. El PRI quiere ganar la Presidencia, y cobró ánimo para ello tras su oscuro triunfo en el Edomex, por lo cual ve en el Frente un desafío. Prefiere reproducir la estrategia de fragmentar a la oposición para elevar sus propias posibilidades. Si el Frente fracasa y además el PAN termina dividido —un escenario harto probable— el PRI podría escalar al segundo lugar en las encuestas. Para lo cual el PRI se seguirá apoyando en los calderonistas, tanto para hacer fracasar al Frente como para tratar de impedir que Anaya sea el candidato albiazul. Sólo si el PAN sale unido de ese trance (con Margarita como candidata), y el PRI no lograra remontar su actual tercer sitio, quizá entonces sí los priístas y el gobierno actual le echarían una mano al PAN para detener a AMLO. Sólo entonces, sólo así. Paradójicamente, AMLO y los suyos debieran celebrar que el PRIAN no es uno y el mismo, contrariamente a lo que sostiene el tabasqueño, pues justo eso abre una posibilidad de triunfo de Morena.
Profesor del CIDE. @JACrespo1