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Hace 30 años, por estas fechas, el país estaba en plena agitación callejera por lo que la mayoría consideró un magno-fraude que probablemente le arrebató la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas. Había incluso ansiedad sobre la estabilidad política. Esa candidatura surgió de la ruptura de un grupo de priístas que vieron mal el viraje económico de Miguel de la Madrid hacia el neoliberalismo. Decidieron formar la Corriente Democrática. Al enterarse que el candidato del PRI sería Salinas de Gortari, decidieron romper, pues ello implicaba la continuidad del nuevo modelo al que se oponían. De ahí nació el PRD, y de éste surge Morena, heredero natural de aquella ruptura.
20 años después del ‘88, De la Madrid dijo a la periodista Martha Anaya: “Fueron unas elecciones muy reñidas que arrojaron sorpresivamente una votación muy cerrada, en las que Salinas ganó por un margen estrecho al que no estábamos acostumbrados”. Pero oficialmente Salinas tuvo cerca de 20 % de ventaja; no fue cerrado el margen, lo que supone el reconocimiento implícito de De la Madrid de que hubo un enorme fraude. Por su parte, Bartlett, defendió la elección: le dijo a la periodista: “Todo se manejó bien, conforme a la ley. Al tercer día se dio toda la información… Por primera vez una transparencia absoluta (¿¿??) hicimos una ley electoral para abrir precisamente los resultados… (Pero) Yo no tuve los paquetes electorales…Yo no me acuerdo de las actas, si estaban ahí ni siquiera las analizamos”. Pues vaya organización de la Comisión Federal Electoral. Pero De la Madrid aseguró que Bartlett le aconsejó: “Viene tan mal la votación que si damos a conocer estos resultados se va a afianzar la idea de que el PRI ya perdió; mejor esperar”. De ahí la orden de bajar el switch (1988; el año que calló el sistema. 2008). Y están también otros fraudes en ese sexenio; Sonora, Durango, Chihuahua.
Como sea, el ‘88 fue un punto de quiebre del régimen priísta que tuvo que irse abriendo de manera más clara (IFE, reconocimiento de triunfos opositores, leyes electorales que sucesivamente permitían una mayor competitividad). Gracias a ese largo proceso fue posible tanto la alternancia de Fox en 2000, como ahora la que encabeza López Obrador. Por todo lo cual puede considerarse que el triunfo de López Obrador reivindica a ese movimiento del que surgió el PRD y luego Morena. El mismo modelo que defendía la Corriente Democrática es el que ha enarbolado AMLO. De ahí que algunos hayan expresado que en julio votaron por López Obrador en reivindicación a aquel movimiento del ‘88. Pues vaya chasco se habrán llevado al ver a Bartlett formando parte de este gobierno del “cambio verdadero”. Políticamente, Bartlett simboliza exactamente lo contrario a los valores que AMLO dice enarbolar. Muchos morenistas salen a defender lo indefendible para justificar todo lo que decide el Líder nato de Morena; Bartlett no hizo el fraude; sólo obedeció órdenes; todos tienen derecho a una segunda oportunidad; es un adalid del nacionalismo. Y sin embargo, Bartlett reivindica la reforma de Peña: “Yo estuve en contra de la Reforma Energética aquí en la Tribuna, pero la Reforma Energética está funcionando (...) Andrés Manuel ya dijo con toda claridad que no va a hacer reformas constitucionales, vamos a estar respetando la estructura que existe en la Reforma Energética… que son estas reglas del mercado...” (1/Agosto). Si es así, entonces la reforma energética no estaban tan mal como había dicho AMLO, y sólo cabría ajustarla y limpiarla. Otros piensan que esta declaración de Bartlett es sólo para tranquilizar mercados, pero el embate estatizador vendrá más adelante. Habrá que verlo. Por lo pronto, Morena hace gala de desmemoria e incongruencia de valores y postulados éticos, que se supone es lo que lo distingue de los demás (un “referente moral”, lo llamó AMLO). Ya se ve que no tanto.
Profesor afiliado del CIDE.
@ JACre spo1