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En los países de la OCDE, las Pymes generan alrededor de 70% del empleo y entre 50% y 60% del valor agregado. Aunque en los países en vía de desarrollo estas cifras son más bajas, su crecimiento es rápido y puede tener un impacto económico y social muy importante en la reducción de las desigualdades. Pero para ello hay que ajustar las reglas de juego y dotar a las Pymes de mejores condiciones para desarrollar su actividad.
Las Pymes sufren un impacto desproporcionado cuando los mercados fallan o las políticas públicas son ineficientes. Su desempeño está más sujeto a la calidad de la infraestructura y de las instituciones de los lugares donde operan. Por ello, la calidad del ambiente de negocios es primordial para ellas: la complejidad regulatoria, los altos costos de cumplimiento, la opacidad y corrupción del sector público, la ineficiencia en el cumplimiento de contratos, la debilidad de la justicia civil y los regímenes de insolvencia y bancarrota. Es necesario seguir evaluando y mejorando el marco institucional y regulatorio aplicado a las Pymes, para darles las mismas oportunidades que disfrutan las empresas de mayor tamaño.
El acceso a recursos estratégicos tales como el financiamiento, la mano de obra calificada, el conocimiento y la tecnología, sigue siendo un desafío para la competitividad de las Pymes. Nuestro último informe Financiando a las Pymes y a los emprendedores 2018: Indicadores de la OCDE”, constata que a pesar de la mejora de la situación económica, el acceso a nuevos créditos por parte de las Pymes ha declinado en ciertos países, forzando a dichas empresas a buscar fuentes alternativas de financiamiento. A pesar de ello, el desarrollo de instrumentos financieros no bancarios sigue siendo limitado, siendo necesario incrementar el acceso al crédito y ampliar la base de instrumentos disponibles. Los Principios de Alto Nivel del G20/OCDE sobre Financiación de Pymes pueden ser una guía útil en este sentido. En Mexico, por ejemplo, los esquemas de garantía de crédito siguen siendo una de las principales herramientas para el acceso al crédito de las Pymes, pero desde 2013 se han desarrollado también 40 fondos público-privados de capital riesgo, así como esquemas de coinversión y programas de incubación y aceleración de Pymes.
Las Pymes pueden y deben beneficiarse en mayor grado del acceso a los mercados internacionales, donde la competencia es significativamente más dura. Las Pymes siguen siendo menos activas en los mercados internacionales que lo que su contribución a las economías nacionales podría sugerir. Si bien la reforma de los procedimientos aduaneros permitiría reducir el costo del comercio para todas las empresas entre el 12% y el 18%, el impacto sería particularmente significativo para las Pymes. La apertura del mercado internacional de servicios también beneficiaria principalmente a este tipo de empresas.
La transformación digital ofrece igualmente enormes oportunidades a las Pymes, que pueden contar ahora con un acceso más fácil y barato a nuevas fuentes de talento, datos y tecnologías. Sin embargo, las Pymes no están utilizando al máximo estas oportunidades digitales. Para corregir este déficit, se requieren inversiones complementarias, incluyendo en habilidades gerenciales y técnicas. En este ámbito, las políticas públicas pueden ayudar enormemente.
Cabe recordar que no todas las Pymes son iguales: algunas, como las startups, están a la vanguardia de la innovación y la tecnología; otras, por el contrario, luchan para adaptarse al ritmo frenético de los cambios tecnológicos. Estas Pymes necesitan políticas específicas que les den la oportunidad de ponerse al día y actualizarse.
Para darle a las Pymes un terreno de juego más parejo frente al resto de empresas, necesitamos una mejor coordinación global. Por esta razón, ya hace casi dos décadas, la OCDE lanzó el Proceso de Boloña sobre Políticas de Pymes y Emprendimiento, en el que participan más de 80 países y un gran número de organizaciones internacionales, instituciones y ONGs. Este proceso busca fortalecer el dialogo y la cooperación a nivel global para promover la agenda de emprendimiento y la competitividad de las Pymes.
Como parte de dicho proceso, la OCDE y el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo han convocado hoy en la Ciudad de Mexico a una conferencia ministerial para discutir cómo, individual y colectivamente, podemos fortalecer las Pymes y el espíritu de emprendimiento con miras a mejorar la productividad y el crecimiento inclusivo. La OCDE está orgullosa de liderar activamente estos esfuerzos y de continuar apoyando a México y al resto de nuestros países miembros y socios a diseñar e implementar política coherentes e integradas que permitan a las Pymes aprovechar su enorme potencial económico y social.