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Martha Erika Alonso está próxima a convertirse en la primera mujer que gobierne el estado de Puebla. Será también la primera mujer gobernadora emanada de las filas del Partido Acción Nacional. Y, por si fuera poco, habrá sido la persona más votada en la historia de la entidad. Su triunfo se inscribe en una histórica jornada en la que se celebraron comicios concurrentes para seis distintas elecciones. Ella enfrentó una infame campaña de desprestigio, discriminación, intolerancia y misoginia por parte de un candidato que, además, no sabe perder. En efecto, Miguel Barbosa Huerta, quien fuera senador de la República por la vía plurinominal, fue un mal candidato y es un mal perdedor.
Sucede que en Puebla, como prácticamente en todo el país, Morena arrasó en las elecciones del pasado 1 de julio. Ahí ganó López Obrador, los candidatos al Senado, la mayoría de diputaciones federales y locales, así como las principales alcaldías de la entidad. La única elección en la que no obtuvo la victoria fue en la contienda hacia la gubernatura. “AMLO sí, Barbosa no” se leía en bardas por todo el Estado. Martha Erika obtuvo alrededor de 120 mil votos más que Barbosa, equivalentes a cerca del cuatro por ciento. El candidato perdedor argumentó de todo para afirmar que hubo fraude y que le ganaron a la mala. Palabras sin pruebas.
Son seis las ocasiones en que el conteo de los votos no le favorece a Barbosa y, ni así, acepta como buen demócrata su derrota. En efecto, el primer cómputo lo hicieron los ciudadanos el día de la jornada electoral (y hay que recordar que fueron los mismos funcionarios de casilla que contaron las boletas de las otras cinco elecciones). El segundo cómputo lo hizo el Instituto Nacional Electoral (INE) en el llamado conteo rápido. El tercero, se realizó mediante el programa de resultados preliminares (PREP). El cuarto conteo se efectuó en el cómputo distrital. El quinto, cuando a petición de Morena se abrieron paquetes por el equivalente al 30 por ciento del total. Y, en un hecho sin precedentes, el sexto cómputo se realizó en días pasados cuando, por resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la totalidad de los paquetes fueron trasladados de Puebla a la Ciudad de México y a Toluca para que funcionarios de las salas regionales del propio tribunal realizaran el cómputo “voto por voto, casilla por casilla”. En los seis conteos el resultado a favor de Martha Erika Alonso ha sido muy similar. No solo eso, el TEPJF expresamente señaló que la llamada “cadena de custodia” de todo el material electoral jamás fue violada. La Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) determinó que el material que se encontraba en las instalaciones allanadas por militantes de Morena en Puebla y que, a su decir, era un laboratorio de “mapachería” electoral, es material lícito pues se trata de las copias de las actas levantadas en cada centro de votación a las que tienen derecho de poseer todos los partidos políticos.
Falta aún la declaratoria oficial por parte del Tribunal Electoral de Puebla misma que, seguramente, impugnará Barbosa ante el TEPJF. Solo hará más larga su agonía y más grande su descrédito personal. Allá él.