Vamos a cumplir 78 años de vida el próximo 16 de septiembre y desde la oposición surgimos para ser  el cambio que necesita México. En este largo periplo hemos visto de todo. Entre 1939 y 1949 los primeros cinco diputados federales y la primera presidencia municipal; el primer gobernador de oposición en Baja California, y la culminación con los triunfos de Vicente Fox y Felipe Calderón a la Presidencia de la República.

También hemos padecido momentos de tribulación, cuando militantes distinguidos han dejado el partido, unos por razones profundas y filosóficas como Carlos Castillo; otras por no haberse colmado las esperanzas de ocupar un cargo; todas ellas han sido superadas.

Esto es así porque más allá del pragmatismo de la política y de la tarea de gobierno, en Acción Nacional hemos mantenido inalterables nuestros principios de doctrina, los mismos que hace 78 años nos dieron Gómez Morín y Efraín González Luna.

Porque Acción Nacional ni se inventa ni se pierde en una elección, porque nuestro Partido es mucho, pero mucho más grande que sus dirigentes y los líderes que lo encabezan.

Hoy que el país vive una grave situación por la cerrazón del PRI-Sistema para permitir un fiscal general y un fiscal anticorrupción autónomos, independientes, con capacidad, con uñas y dientes para sancionar a quien la haga, no resulta raro que haya voces que dentro del PAN difieran.

Tampoco faltan aquellos que en río revuelto ven las ganancias para llenar los egos o la ambición ante la proximidad de la siguiente elección; no es la primera y seguramente no será la última.

Pero lo que sí es cierto, es que nunca ha sido buena estrategia mudar ante la duda; y siempre será mala acción pretender arrimar la leña, en lugar de aportar luz, fuerza, unidad e inteligencia para resolver los problemas.

A pesar de que Carlos Castillo Peraza alertaba sobre lo inútil que es construir sobre ruinas, y aseguraba que en Acción Nacional no tenemos vocación de arqueólogos, parece que hay quienes pretenden construir a partir de que la institución sucumba ante la clara, feroz y amañada embestida del sistema.

A los panistas que pretenden fracturar al PAN, yo les digo: Disiento de sus métodos y, como compañero en la lid y los ideales, los  invito a reconsiderar sus posiciones.

Lo que está en juego no es si gana o no el PAN la próxima elección presidencial, lo que nos jugamos es la viabilidad del país, si aceptamos un ”fiscal carnal” habremos perdido la oportunidad de sanear a México, seríamos cómplices de la galopante corrupción que envuelve al gobierno y a amplios sectores de la sociedad.

En Acción Nacional siempre hemos apostado por México y por sus mejores y más nobles causas, siempre hemos pensado no en la próxima elección, sino en la siguiente generación. No le fallemos a México hoy que necesita la fuerza y la unidad del PAN.

Vicepresidente de la Cámara de Diputados

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