Es difícil encontrar las palabras adecuadas para describir la desbordada generosidad de miles de personas que han volcado el corazón, para brindar ayuda humanitaria en beneficio de las familias de Morelos que se vieron afectadas en su patrimonio, salud, estabilidad economica y emocional por el impacto devastador del evento sísmico del 19 de septiembre pasado.

Más allá de los mensajes difundidos en las redes, algunos emotivos y otros de denuncia, en Morelos sentimos el abrazo solidario de México y de su gente, traducido en larguísimas caravanas que de autos y camiones provenientes de todos lados, repletos de víveres que fueron entregados en centros de acopio y en las manos de las familias que de pronto se quedaron sin nada, desafortunamente.

En todas las comunidades es impresionante ver la cantidad de gente ayudando, familias en sus carros repartiendo despensas y diversos artículos, mujeres y hombres parados en los cruceros con cartulinas con leyendas de “Dios los bendiga”, “Gracias por su apoyo”, o simplemente “Gracias”.

Por todo eso, gracias México.

Sin embargo, pasada la emergencia y la crisis que produce ver tu casa convertida en ruinas, viene la tarea del retiro de los escombros y la reconstrucción de las viviendas, que sin duda será, la etapa más larga y difícil; y para la que se requerirá de los morelenses mucho trabajo, animo y paciencia, y en la que necesitamos seguir contando con México y con la ayuda de los que aquí vivimos.

El gobierno federal brindará la ayuda complementaria que se deriva del Fideicomiso del Fondo Nacional para Desastres (Fonden); los gobiernos estatales y municipales tendrán que hacer su propio esfuerzo; vamos a recortar dinero a los partidos políticos y a las campañas electorales para invertirlo en la reconstrucción, pero todos sabemos que esos recursos llegan tarde y que todos juntos serán insuficientes para atender la emergencia en Morelos y en los demás Estados de la República afectados.

En Morelos son miles las familias que perdieron sus casas o quedaron gravemente dañadas; por eso el llamado para adoptar una casa, se trata de una iniciativa para iniciar cuanto antes, sin trabas burocráticas, la construcción tabique a tabique de las casas derruidas. Nace de considerar que el valor de una despensa es similar al de dos bultos de cemento; nada más que la primera dura una semana, y la segunda opción puede durar 50 años o más.

Todos podemos adoptar una casa en Morelos y participar en su construcción, a partir de un tabique o más, y con la tecnología como aliada, ver desde tu celular o computadora como avanza la casa en la que inviertes, para ayudar a las familias que menos tienen.

Gracias a internet ponemos a este programa la transparencia necesaria e indispensable para que tengas la confianza de que tu esfuerzo económico va directo y sin intermediarios a la construcción de una vivienda nueva; porque tu donativo lo podrás hacer directamente a la cuenta de la casa de materiales de construcción que tú elijas, o llevar personalmente esos materiales al lugar; podrás mantener contacto directo con el beneficiario, quien podrá informarte por teléfono, por correo o directamente, de los avances y la forma en que les estás ayudando y reconfortando en estos momentos muy difíciles.

En esta semana estará lista la página en la internet donde encontrarás fotos de las casas, su ubicación exacta con geoposicionador, nombre del propietario, cómo contactarlo y lo que se requiere para la reconstrucción, así como la forma en que le puedes ayudar, ya sea con una parte o con el total de lo que necesita.

Ha sido grandiosa tu ayuda con víveres, ropa y otros insumos, ahora puedes transformar vidas en la reconstrucción de Morelos; un segundo esfuerzo.

Nos hace mucha falta.

Vicepresidente de la Cámara de Diputados

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